B I T E ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]

+32+

“Hubiera sido magnífico si la vida fuera eterna, pero en un mundo donde todo está manchado, creo, no seríamos justos de ella”.

YoonGi pov.

El tiempo no se recupera y tampoco se puede destruir.

Es así que pienso que todo tiene un punto de retorno y otros jamás lo tienen. Tomamos caminos equivocados y otros tantos son correctos.

Las personas cambian y los recuerdos igual.

Pero lo de hace años atrás sigue tan claro en mis memorias que simplemente no puedo evitar no hacerles caso.

De pronto la amargura y la infelicidad me asaltan arrastrándome al hoyo más profundo de mis pesares.

“El medidor del kilometraje de la motocicleta había estado alterandose desde hace varios días, así que no me quedó de otra más que llevarla con el mecánico.

Un señor en una gasolinería me recomendó a uno de sus amigos, le agradecí regalándole mi cajetilla de cigarros que ciertamente ya no estaba tan llena. Me sonrió empático pero se los guardó ya que estaba prohibido fumar ahí. Tendría que comprar otros en alguna tienda.

Me había dado la dirección y como no estaba tan lejos de allí, llegué en cuanto el reloj había marcado las cinco de la tarde. Había estado toda la mañana moviéndome en la Harley Davidson con los encargos de mi madre. La última vez que había ido con un mecánico fue hace seis meses para cambiar el aceite del motor. No esperaba que la moto me diera problemas tan rápido, pero según algunas reseñas por internet, muchos consumidores de la marca salían a relucir sus problemas. La mía la conseguí de segunda mano, a un muy buen precio, ahora dudaba si la motocicleta no estaba alterada o le faltaban piezas.

El local estaba abierto y había muy poca gente esperando un servicio. Cuando llegué, las pocas miradas se centraron en mi moto, desvié la mirada para no sentirme agobiado. Uno de los empleados se me acercó y saludó amablemente.

Era muy joven, como de mi edad. Sus brazos y la ropa que llevaba estaba manchada de grasa y salpicada por otros productos, incluso olía a grasa de carro. Se le veía feliz pero esperé a que hablara.

–Bonita moto –comentó señalando la Harley.

–Gracias, es una...

–Cross Bones, bro. Es la primera vez que veo una de cerca –me interrumpió fascinado.

No lo decía en el sentido egocentrista o petulante, lo decía como forma de respeto y admiración, casi sonrío pero me centré más en hablarle sobre mi problema.

–Sí, pero últimamente me está dando problemas –dije cruzandome de brazos.

El calor que hacía aquí adentro le hacía tener la cara perlada de sudor. Suponía que antes de que viniera yo, estaba en una batalla feroz con alguna reparación. Se quitó el sudor con el brazo pero eso sólo hizo que se manchara la sien de más grasa.

–¿Qué clase de problemas? –preguntó mientras le daba una inspección rápida.

–El kilometraje se altera, no los cuenta completos y a veces la aguja se queda inmóvil –digo.

Asiente y se le frunce el ceño. Estaba poniendo todas mis esperanzas en que él pudiera arreglarla, si así fuera, tal vez consideraría dejar que se diera un paseo en ella, pues el brillo en sus ojos era similar a la de un niño que enfrente tiene su juguete favorito.