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“Vidas paralelas con un destino esplendoroso. Unidos por un todo”.






La mañana me recibía con un clima soleado, no había rastros de nubes a pesar del inminente clima de la madrugada, pero los charcos a lo largo de todas las avenidas y calles era un indicio claro de calor sofocante en la tarde.

Tan pronto como salí de la ducha de esa mañana y el vapor de la misma envolviendome el cuerpo, los recuerdos de la noche me atacaron sin piedad, haciendo que mis orejas se pusieran rojas. Sacudí mi cabeza despejando mi mente para concentrarme en ordenar mi mochila para ir a la universidad. Pero todo se vuelve en vano al rememorar el intenso orgasmo que tuve mientras le montaba, y otro cuando era atacado posesivamente por sus labios y manos. Mi mente me tenía esclavo, es como si quisiera que me volviera aún más adicto a YoonGi. Era obvia la manera en como reaccionaba a solo una cosa minúscula de su poderosa presencia.

Incluso con mis sentimientos ya dispuestos por él, existía un miedo por no ser algo más que un amigo, o alguien con quien solo se vive de experiencias en la cama. Pero sus besos, la forma tan delicada en la cual me trataba, su atención y sus palabras, me hacían ilusionarme grandemente. La ausencia de frío siempre era persistente cuando me encontraba al menos a un centímetro de YoonGi, y sabía con certeza que había algo entre los dos de lo cual no era necesario hablar si con nuestra acciones decíamos muchísimo.

Y al traer esa noche al presente, mis pensamientos caminaban en círculos al recordar que solo yo había tenido las mayores atenciones a mi cuerpo, dejándolo a él, tal vez con ganas. Rápidamente, me sentí asquerosamente repudiado por no haber hecho algo por él. Maldiciendo una y otra vez mientras me vestía con suma velocidad, apurando a no llegar tarde a la universidad, decidí que era mejor hablar de esto con YoonGi. Sino quería tener esa clase de pensamientos pesimistas sobre mi relación con el pelinegro debía de aclararlo, esa era mi mejor manera de resolver los pesares dentro de mi cabeza.

En eso, una llamada entrante suena en mi celular. Contesto con el calor subiéndome por el pecho de una manera cómoda.

–“Hola JiMin”.

Su grave pero dulce voz con mi nombre saliendo de sus labios me hacen sonreír bobamente.

–Hola Yoonie. ¿Qué tal?

Me cuelgo la mochila al hombro y salgo de la casa sin avisar a mi madre, no quisiera saber si sospecha de mi llegada a la casa ayer en la noche.

–“Mmm, todo bien. ¿Descansaste?”

“Me encantas”.

Había dicho cuando estaba arriba de él. Inhalé tratando de normalizar mi respiración. Los rayos del sol me llegaron como suaves caricias a las piernas, pues vestía unas bermudas de color negro mientras caminaba a la parada del autobús.

–S-Sí, descansé muy bien –respondí tratando de no tartamudear.

–“Por supuesto” –escuché el tono coqueto de su voz. Un rubor ligero cubrió mis mejillas–. “¿Tu madre te descubrió?”

–No, de hecho la evité por si las dudas. ¿Irás a la universidad?

Hubo el sonido de unas llaves tras la llamada, supe que estaba encendiendo la Harley cuando un sonido estridente salió por la bocina.

–“Estaré esperándote, cariño”.

Justamente sentía como me derretía tras ese apodo lindo. Vi el camión aproximarse y me subí yendo a los últimos asientos.

–Bien, entonces te veo –sonreí aunque no me viera.

–“No tardes, quiero besarte” –colgó.

B I T E  ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora