“Cada persona es un universo diferente, del cual, o nacen planetas o mueren estrellas”.
Era un sábado por la tarde cuando SeokJin organizó una reunión en su casa de último momento. ¿La razón? Según palabras de él mismo por mensajes “nos” extrañaba.
La situación nos parecía tan idílica, pues habíamos esperado que SeokJin no tomara la iniciativa hasta pasado un buen tiempo. Lo que nos llevó a preguntarnos porqué ahora y cuál era la urgencia.
Sabía de antemano que absolutamente todos estábamos atareados por tésis y exámenes finales y que poco nos habíamos frecuentado durante estos días, en especial YoonGi y yo, pero era más por el tema de Ezekiel. Si estaba tan ocupado junto a él eso sólo quería decir que la organización había encontrado algo muy valioso y estaban muy cerca de lograr sus objetivos, aunque de lo poco que había visto a YoonGi esta semana, su expresión cansada y estresada me daba las respuestas claras de que sus trabajos estaban siendo muy complicados. De igual forma, me decidí no darle más problemas y arrebatarle la atención de algo que sí merecía muchísimo la pena como acabar con los asesinos de su mejor amigo.
Aún así decidió pasar por mí para ir a casa de SeokJin. Me sentía algo extraño por volver a pisar su hogar, esas paredes encerraban un pasado oscuro que no quería volver a experimentar. Miré a YoonGi dubitativo viendo que estaba emocionado. Sabía más que nadie que esto lo estaba anticipando mucho y anhelaba pasar buenos tiempos con sus amigos de ahora en adelante. Entrelazamos nuestras manos con sonrisas cómplices, pero antes de entrar me tomó del rostro para besarme quieta y apasionadamente. Me encanta besarlo, me encantaba como enredaba sus brazos por mi espalda y me apretaba contra él. Nos separamos y le sonreí sonrojado.
–¿A qué se debe esto? –me quedé embelesado por sus ojos.
–Que estoy feliz y que eres la causa principal de ello –dijo dándome un beso en la frente.
Mi pecho se llenó de muchas mariposas esparciendo un sentimiento mucho más feroz que el amor. En la punta de mi lengua estaba esa frase que moría por decirle, exhale con mi corazón lleno de gratitud para decírselo pero la puerta frente a nosotros fue abierta.
Del otro lado estaba TaeHyung con una mirada avergonzada y de sorpresa. Quise alejarme de YoonGi por la vergüenza de ser descubierto en actos íntimos con mi novio, pero el mismo me sujetó por la espalda apretandome contra él. TaeHyung se hizo a un lado y nos saludó contento.
–Hola, YoonGi. Hola, JiMin –la alegría desbordando por los poros de TaeHyung me hizo olvidar mi pena.
–Hola, TaeHyung –dije sonriente.
Correspondió mi gesto, y en un abrir y cerrar de ojos abrazaba a YoonGi tan frenéticamente que el pelinegro no sintió con exactitud, pero que de igual forma no le gustaba del todo el contacto físico con sus amigos haciendo una mueca desagradable pero en broma. TaeHyung se apartó emocionado y le pisamos los pasos para entrar hasta la sala.
Al ver a todos allí, fue como si el tiempo jamás hubiera transcurrido, todo seguía igual. La única diferencia eran los rostros amables y felices de todos los amigos de YoonGi esperando nuestra llegada. El dueño de la casa salió de la cocina con un par de cervezas y botana. Nos regaló una sonrisa, que aunque no fuera grande, nos hacía saber que todo estaría bien de ahora en adelante.
Tomamos asiento a un lado de NamJoon, el moreno nos sonrió y le regresé la sonrisa ya sin ningún tipo de aversión. Nos dio un par de cervezas a los dos y comenzaron a hablar de lo cotidiano de su vida, no dando paso al tema de su separación.
–Chicos, quería hablar con ustedes de un tema en especial y espero que puedan hacerlo –dice Jin. Cada uno le miramos y ponemos total atención–. Quisiera poder decirles que todo ha sido fácil con el pasar de los días, pero les estaría mintiendo. No he podido descansar y saber que el asesino de mi mejor amigo está allá afuera viviendo como si nada, y pensar en HoSeok no me ha traído la paz que quiero tener, y sé que ustedes también sienten lo mismo que yo.
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B I T E ||YoonMin|| +18 [EDITANDO]
Fanfic"Todo lo que ví en el baño de la universidad me dejó helado, pero fue más una sentencia de muerte. Un trato nos llevó a conocernos. Uno sediento por sangre y yo por mera curiosidad. Increíble y aterradoramente, los lazos formaron algo que ambos no p...