No dejaba de andar de un lado a otro, pensando en él, lo necesitaba aquí, hasta necesitaba sus cambios de humor. No tendría que haberlo dejado allí solo, tendría que haberle ayudado, soy una cobarde. Si le llega a pasar algo nunca podre perdonármelo, soy una persona horrible.
Ya ni siquiera tenía lágrimas en los ojos, solo hacía nada más que lamentarme de haberlo dejado allí solo, sin ayuda de nadie contra esas dos sanguijuelas. ¿Y si estaba herido en mitad de la nieve desangrándose poco a poco? No podía pensar en ese pensamiento sin que algo dentro de mí se rompiera.
Tenía que hacer algo, tenía que ayudarlo sea como sea, no sé si estará muerto o no, pero sé que si me quedo aquí sin ayudarle la que acabara mal seré yo. Agarre con fuerza el cuchillo entre mis manos y junto con el paso un poco tembloroso me dirigí hacia la puerta. Sujeté el pomo entre mis dedos y conté hasta tres y con un movimiento seco abrí la puerta.
- ¿Acoso crees que con ese cuchillo ibas a matar a dos vampiros? - dijo con un poco de ironía mientras me miraba de arriba abajo.
Tire el cuchillo al suelo y sin importarme que estuviera manchado de sangre lo abrace como si fuera la última vez. Las lágrimas salían de mis ojos sin que yo pudiera controlarlo, estaba temblando, ni siquiera salían las palabras de mi boca.
-Veo que alguien me ha echado un poco de menos- dijo mientras me respondía al abrazo- tranquila ya te dije que a mí nunca me suele pasar nada además si vieras como han quedado esos dos los ...- y lo interrumpí con un beso.
Ni siquiera sé lo que se me pasaba por la mente cuando me abalancé hacia él, igual pensar que podía perderlo hizo que la poca cordura que tenía con mis sentimientos se fueran acabando por completo. Él apenas reacciono los primeros segundos, ¿y si la hubiera liado por culpa de mis actos?, que tonta soy no tendría que haberlo besado, pero supongo que no podía controlarme. Justo cuando me iba a separar, me levanto del suelo sin soltar mi boca y me correspondió al beso.
Mientras nos dirigíamos al sofá cerró la puerta con el pie, mientras el calor iba subiendo entre los dos. Se notaba que al fin y al cabo éramos mates y que estábamos deseando de que esto pasara desde hace tiempo. Mi loba estaba inquieta deseaba que por fin su lobo nos marcara, después de todo es todo el objetivo que tienen los mates convertirse en uno mismo.
Los besos iban subiendo de tono y cada vez notaba el ambiente más cargado de deseo, deseaba que me marcara.
No sé qué me pasaba, nunca hubiera imaginado por un segundo que Alex me estuviera correspondiendo al beso, es más nunca hubiera imaginado este momento nunca.
Con delicadeza me soltó en el sofá y me miro, sabía perfectamente que seguramente tenía la cara roja y a decir por su sonrisa muy roja. Sin perder el tiempo volvió a mi boca, podía notar cada vez como me besaba con más pasión, sus caricias subían por mi muslo y lo apretaba. Por cada acaricia podía sentir como ardía esa zona y justo cuando me iba a quitar la camiseta los nervios afloraron y el pensamiento de "soy virgen" se apoderó de mí. ¿Y si hacia algo que no le gustara?, ¿y si no era lo suficiente para él?, ¿y si por no satisfacerle perdía el interés por mí?
Supongo que toda chica ha tenido alguna vez este pensamiento y surge el bloqueo mental, y sin más los nervios volvieron hacia mí, sabía que no era mi momento.
-Para Alex- mientras lo apartaba.
- ¿Qué pasa?, hace nada no tenías ese pensamiento- dijo con su soberbia de siempre.
Y justo ahí me entro el dilema, ¿se lo digo o no?
No le quise dar más rodeos, al fin y al cabo, tampoco podía escaparme de él en estas 4 paredes.
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el lobo negro
Werewolf- dejame en paz - dije asustada . - entiendelo de una vez , aunque yo no te amé por desgracia eres mi mate y te necesito para poder vivir , pero no creas que todo será de color de rosa , digamos que será negro - dijo lo último con una sonrisa .