Capítulo 38

3.2K 244 30
                                    

-¿De verdad crees que te voy ayudar en este plan macabro que se te acaba de ocurrir?- no sé qué se lo ocurría por esa cabeza pero ni muerta le iba ayudar en ese plan-Obviamente no te pienso ayudar.

El me miró desde la puerta con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba en el marco de la puerta.

-Y según tú, ¿Quién ha dicho que quería tu afirmación para que me ayudaras?- y me sonrió- no necesito tu asqueroso si, lo harás y punto no hay más que hablar.

-Alex estás muy mal de la cabeza como crees que voy a traicionar a mi manada, a la única muestra de amor que he tenido de personas maravillosas porque obviamente desde que llegué aquí esa palabra ya no sé ni qué significa- ahora la que se cruzaba de brazos era yo.

-¿Sabes algo? Lo único q haces es cansarme una y otra vez, porque solo no obedeces y mantienes esa boca cerrada – y acorralándome contra la mesa del despacho dijo aquellas palabras que no quise haber escuchado de nuevo- yo no te elegí como mate y nunca te quise ni te voy a querer, solo quiero que no me des problemas ¿Es tan difícil?

No quería discutir, estaba cansada ya de siempre lo mismo y en parte era culpa mía por no aprender. Era como el novio tóxico que tenemos alguna vez que nunca lo dejamos y más tarde acaba con nuestro ser, con lo que realmente éramos y tan solo somos una persona vacía sin ninguna ambición en la vida, sabiendo que esa será nuestra historia repetitiva hasta que él decida dejarnos o seguir así hasta el fin de los días.

Lo aparte y sin decir alguna palabra volví a la habitación a lo que era mi mazmorra en aquella casa y cerré la puerta lo más fuerte posible dando a entender que no quería ver a nadie y mucho menos hablar con él.

Me tiré en la cama y sin ni siquiera levantarme para comer así volvieron a pasar mis días. No quería nada, solo quería dejarme marchitar por numerada vez en la vida desde que estoy aquí a su lado.

Él ni siquiera se volvió a dignar aparecer y yo ya no sé si lo agradecía o lo odiaba más por eso.

Los días fueron pasando y lo único que hacía en el día productivo era llorar, había afrentado ya de una vez que esa era mi vida y lo único que pensaba era en acabar con ella.

Lo sentía tanto por mi familia por querer acabar con mi vida pero no veía otra salida desde que estoy a su lado, sé que no es la solución que buscaba pero cuando alguien está en ese pozo oscuro es muy difícil salir.

Y lloraba, sí que quería salir, pero él estaba acabando con lo que era, con esa persona que sonreía a todo el mundo.

Y como era de costumbre cuando las lágrimas se acababan lo único que hacía era dormir, imaginando otra vida, otro mate...

Pero a mitad de la noche un ruido bastante gordo seguido de varios gritos hizo que me despertara de los sueños que anhelaba y me trajo a la realidad.

Intentando enfocar podía ver a través de la ventana como ¿llamas?

Pegue un salto de la cama y me dirigí lo más rápido posible a la ventana, todo estaba ardiendo pero, ¿cómo era posible?

La manada de Alex era de las más fuerte y lo que se veía a través de mi ventana eran personas luchando y cayendo poco a poco.

¿Será mi familia que ha venido por fin a rescatarme?

Imposible no reconocía ese olor, y ante la desesperación de pensar que si estaban acabando con la manada de Alex no quería quedarme a esperar que iban hacer con la que era su mate y mucho menos conocer a su líder.

Salí corriendo de la habitación, pero apenas podía ver bien por culpa del humo. Los gritos iban inundando mi cabeza. Tenía que salir lo más rápido posible de aquí o uno de esos gritos podía ser yo en unos segundos.

Ni siquiera me preocupé en buscar a Alex para saber cómo estaba, mi única misión era salir viva de aquí y huir lo más lejos posible.

Tosiendo y viendo lo poco que podía, corrí lo más rápido posible hacia la puerta de detrás de la casa y huyendo al bosque.

Y en cuanto abrí la puerta los gritos inundaban el lugar, las personas luchaban como si no hubiera un mañana intentado que solo quedara un vencedor, había rastros de sangre por todos lados. Solo había destrucción en aquel lugar y mucho más en las personas que rodeaban el lugar luchando.

Y al fondo de aquel grupo de personas luchando vi a Alex peleando y terminando con todo aquel que se le acercara a tan solo un metro. Algo dentro de mí se congeló como diciendo que tenía que ayudarlo o podría morir pero, su mirada conectó con la mía y como si me hubiera dado una orden corrí hacia el bosque esquivando a toda persona que venía con un arma hacia mi.

Corrí como nunca, tenía que aprovechar la oportunidad que la vida me estaba dando por alejarme de ese ser, pero en el fondo, estaba aterrada de que algo le hubiera ocurrido a Alex.

Pero no paré, seguí corriendo y llegué hasta el río donde conocí a Alex. Ya no se escuchaba nada de su manada pero yo no paré, tenía que llegar a mi manada. Y justo cuando iba a tocar el agua algo dentro de mí gritó como si le estuvieran desgarrando el alma y caí al suelo.

Mi loba no dejaba de grita y sabía perfectamente que Alex estaba herido, pero no podía volver atrás tenía que seguir adelante y a duras penas, sacando fuerza donde yo misma creía que no tenía me volví a levantar y a seguir mi plan desde el principio, alejarme de todo lo relacionado con Alex.

Cruce el río y con la ropa empapada no deje de correr.

No sé cuántas heridas me pude hacer a lo largo del camino pero un olor muy familiar aparecía delante de mí.

No podía creerlo al fondo del valle se veía mi manada. Por fin iba a estar en casa de nuevo y no me lo creía, al fin había escapado de ese monstruo.

No podía dejar de correr al final del todo había acabado, por fin había acabado la pesadilla e iba a poder volver a ver a mis padres y a mi hermano.

Y con una sonrisa y corriendo como si mi vida dependiera de ello el aroma de mi hogar por fin iba entrando a mis pulmones y poco a poco iba sonriendo de nuevo, todo había terminado. 



Y desde las sombras a lo lejos alguien observaba a Rosa con una sonrisa, al fin y al cabo su malvado plan solo había empezado.

el lobo negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora