Capítulo 39

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Todo el mundo veía como si un fantasma hubiera resucitado del mundo de los muertos y no era de extrañar, había perdido la noción del tiempo desde que me rapto de mi manada. Podía ver muchas caras conocidas, otras mi memoria las había eliminado, pero lo que estaba segura era de lo mucho que me alegraba de ver esas caras, hasta si no las conocía me daba igual.

Lo que sí sabía es que por fin todo había terminado. Esa pesadilla había llegado a su final y yo no dejaba de correr hasta mi casa con esa sonrisa y una frase en mi cabeza que no dejaba de repetirse "Alex ya no iba hacer que mi vida valiera una mierda". 

Los guardias estaban atónitos no daban crédito de ver a alguien cuando todo el mundo lo consideraba muerto. Apuesto a que nunca imaginaría la cara que pondrían mis padres y mucho menos mi hermano. No sé cuánto de menos he podido echar a Oscar, pero una cosa estaba segura cuando termine de abrazarlo lo mataré lentamente por esa estupida apuesta que casi acaba con mi vida.

Hasta con esas ganas de matarlo en parte a besos corría hacia mi casa. No había cambiado nada, ni una pizca de lo que yo recordaba y sonreí porque parecía que estaba en el cielo en el cielo que tanto deseaba estar, mi casa.

Al final del camino unas tres sombras salieron de casa como alma que llevaba el diablo hacia a mí y no habían cambiado nada, lo único que se podía apreciar eran las ojeras de los 3 y que Oscar se había dejado crecer la barba.

—¡Has vuelto! Sabía que estabas viva— gritaba Oscar desde la otra punta de la calle con los brazos abiertos.

Y como si el mismo Dios bajara del cielo y me diera un abrazo eso fue lo que sentí cuando me enfundé en un abrazo de 3 con mi familia y explote en un llanto, los tres estábamos llorando. Nunca creía que este momento iba a llegar ni siquiera cuando creía que Alex iba a cambiar y me iba a dejar verlos.

—vamos a casa hija tienes que contarnos muchas cosas— papá me metió en casa y yo solo pude asentir, tener que revivir todo aquello y contarle cada palabra iba a ser duro, pero tenían que ver que monstruo podía acechar a nuestra manada.

Me sentaron en el sofá del salón y junto a mi familia y al beta de mi padre empecé a contar cada detalle que podía recordar, de cuando me rapto y aparecí en ese hospital, del verdadero monstruo que era Alex y de como quiso engañarme, de cuando me encerró y casi me mata, de cómo me marcó y sabía que estaba vivo porque no había sentido su muerte, de su hermana y manada y lo que le hizo a Megan y de como intenté escapar a Alaska.

—Es todo lo que puedo recordar— me limpié las lágrimas de los ojos mientras me abrazaba a mí misma.

—Hijo de puta, papá tenemos que atacar— Oscar de dirigió hacia papá — casi la matan y desde que ha empezado a contar la historia ni te has imputado, tenemos que reunir ahora mismo un ejército y destruirlo.

Oscar se dirigía a la puerta cuando la voz de papá lo frenó en seco.

—Para que tu hermana muera ¿eso es lo que quieres? —lo miró desde el sillón— los lobos que se marcan si uno muere mueren los dos, además por lo que ha contado tu hermana llevan años preparándose para dominar todas las manadas del mundo.

—Entonces que es lo que vas a hacer ¿quedarte ahí hasta que nos capture? — Oscar rio — lo siento pero si mi alfa no va a luchar por mi hermana lo haré yo.

—También es mi hija y me duele igual que te duele a ti, pero debemos reunirnos con el consejo para ver cuál es la mejor opción para la manada y para tu hermana— papá se levantó y se puso enfrente de él— una cosa obvia es que la manada del lobo negro nos tripicla en número acaso querías ir ante una muerte segura por culpa de tus impulsos—Oscar no pestañeo en ningún momento solo podía ver a un alfa líder de una manada y no a un padre— ya eres demasiado mayor para controlarte serás tras mi muerte el próximo alfa, ahora mi beta y yo iremos a reunirnos con el consejo y tu querido enviarás todas las cartas posibles para que las manadas más cercanas y fuertes se unan ante esta lucha porque queramos o no habrá una lucha muy pronto.

el lobo negro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora