- ¿Y bien?, todavía no vas a decir nada o es que el lobito te ha comido la lengua- dijo riendo mientras me miraba desde el sillón.
Mi mente todavía seguía en shock , no eras capaz de moverme y ni siquiera podía articular ninguna palabra. Es como si mi mente se hubiera olvidado de hablar hasta de respirar, todo en mi estaba fallando desde que vi a la persona de la que huía, por la que tanto rece para que no me la volviera a encontrar en mi camino, pero parece ser que tantas plegarias y sueños se rompieron en mil pedazos desde que me encontró.
-Sabes Rosa, tenemos tiempo- dijo cogiendo el reloj que tenia encima de la mesita del salón- He oído de que se aproxima una gran nevada y por desgracia estaremos algunos días juntos así que no te preocupes cuando tu quieras puedes decir algo, recuerda que no hay prisa- dijo con ese toque de ironía que lo caracterizaba.
Mi cuerpo solo podía verlo, cada movimiento que hacía lo analizaba, es como si mi cerebro solo pudiera hacer eso. Veía como analizaba el salón , los objetos, la decoración y como me analizaba a mi, mi mirada, mi ropa, mi pelo...
-Bien ya que no hablas y ni si quiera te mueves te lo contaré todo- dijo mientras se levantaba- mi plan desde hace un mes era el que te dije y el que te prometí, no te iba a buscar pero las cosas para tu suerte y la mía no sucedieron así- dijo mientras se acercaba a mi poco a poco- busque sustituirte pero adivina que- dijo mostrándome una sonrisa mientras iba de un lado a otro sin separase de mi lado- si marcaba a otra los dos podríamos llegar a morir, por eso necesitaba buscarte y rechazarte para que ninguno de los dos saliéramos heridos.
Yo solo podía seguirlo con la mirada, de como iba escupiendo aquellas palabras como si la culpable fuera solo yo.
- Así que me pregunte, porque debería rechazarte y sufrir todo el dolor cuando puedes volver conmigo y retenerte a mi lado- dijo aquello desde atrás mio mientras me tocaba el pelo.
-¡NO!- es lo único que pude decir, es como si mi cerebro reaccionara ante este momento, pero mi cuerpo no.
- Bueno si a la pequeña Rosa no le han comido la lengua- dijo riendo mientras me colocaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja- me temo que lo que te prometí no puedo cumplirlo pero si puedo cumplir que vivirás mejor que la primera vez, siempre y cuando me obedezcas- dijo mientras volvía al sillón y se volvía a sentar.
Y ahí es cuando todo mi cuerpo reaccionó porque sabia que si no reaccionaba iba a quedar como la sumisa de Alex, cumpliendo todo lo que saliera de su boca y esa no era yo, no era la Rosa a la que sus padres le demostraron que tenía agallas para nunca ser pisoteada.
- Te crees que soy como las perritas con las que te acostabas que van a cumplir todo lo que digas, no, no pienso volver contigo, no pienso volver a la mierda a la que viví contigo, de como casi matas a mi loba y hasta a mi, lo siento mucho Alex pero esta vez no pienso ser tu sumisa y quiero que te largues y me dejes ser feliz lejos de ti, rechazarme pero no volveré contigo- dije mientra lo miraba a los ojos.
La reacción de Alex solo fue después de mirarme unos segundos empezó a aplaudir y a sonreírme.
- Vaya si que te ha sentado bien Alaska-dijo riendo- pero me temo que tu no eres la que va a tener la ultima opción aquí, te he dicho que volverás conmigo y te guste o no es lo que se va a cumplir, ahora disfruta de estos días que estaremos aquí, tomatelo como unas vacaciones- dijo riendo mientras se ponía cómodo.
-Pues me temo que te guste o no, no pienso volver contigo y si tu no me rechazas lo haré yo-dije encarandolo- yo Rosa ...
De un momento a otro tenía su mano puesta en mi boca y su mirada roja como la sangre mirándome fijamente.
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el lobo negro
Werewolf- dejame en paz - dije asustada . - entiendelo de una vez , aunque yo no te amé por desgracia eres mi mate y te necesito para poder vivir , pero no creas que todo será de color de rosa , digamos que será negro - dijo lo último con una sonrisa .