Sólo podía escuchar murmullos de gente alrededor mía.
Poco a poco abrí los ojos junto a un dolor de cabeza horroroso. Cuando pude abrirlos completamente pude ver que estaba en una cuarto de hospital con dos enfermeras al lado mía.
- llama al Aplha, dile que ya ha despertado - dijo la enfermera rubia.
- ¿dónde estoy? - dije con dificultad.
- cariño será mejor que no hagas esfuerzo, te has metido un buen golpe en la cabeza.
- ¿dónde estoy? - volví a repetir.
- estas en la manada blackmoon – dijo.
Esas palabras me mataron, mierda estaba en la manada del lobo negro de las leyendas, pero eso es imposible, es solo una leyenda o era mejor dicho.
- por favor, sácame de aquí tengo que volver a mi manada - dije nerviosa.
- lo siento cariño, pero todo ser vivo que entra en esta manada por el alpha sólo puede salir muerto de aquí - dijo con una mirada de lástima.
Mierda, no podía quedarme aquí, tenía que salir de aquí.
- por favor dime que hay alguna salida - dije.
- cariño será mejor que descanses, el alpha vendrá enseguida y hablará contigo. No le mires nunca a los ojos, odia que lo hagamos. - me advirtió.
- no lo entiendes, mi manada me estará buscando, será mejor que me dejéis salir - dije histérica.
- cariño - iba a seguí hablando, pero se quedó callada al momento de que la puerta sonará y entrará alguien.
- déjanos solos - dijo con la voz grave.
Delante mía tenía al ser más hermoso que había visto pero a la vez siniestro. Su cabello castaño caía perfectamente por su frente y su mirada marrón que llegaba a ser casi negra. Su piel morena y su cuerpo de Dios griego no ayudaba mucho a tener concentración. Se notaba que era más alto que yo, muchísimo más. Esa mirada que tenía daba miedo, pero aparte la mirada sin que me viera, todavía recordaba las palabras de la enfermera.
Nadie hablaba en la habitación, él estaba mirándome fijamente mientras empezaba a avanzar hacia mí, lentamente. Yo intentaba echarme para atrás en la camilla, pero sabía perfectamente que eso no lo iba a parar. Mi loba aullaba mate por dentro mía y eso no me gustaba, porque sabíamos tanto ella como yo que no nos prometería un cuento de hadas como todos los mates.
- así que tu tenías que ser mi mate - dijo mientras se ponía enfrente mía y podía sentir la mirada de odio que me lanzaba.
- por favor déjame - dije asustada y herida por la frase de desprecio que lanzó hacía mí.
- créeme me gustaría dejarte en paz y no volverte a ver, pero te necesito para gobernar a todas las manadas del mundo - dijo cada vez más cerca de mí.
- por favor déjame ir, tu no me quieres como tú mate de que sirve que me quede a tu lado, sería mejor si te rechazará- dije.
Al momento de decir se acercó y vi rápido que su mirada cambio a un rojo y sabía perfectamente que su lobo había tomado el control. Al momento me empezó a apretar el cuello.
- déjame en paz - dije asustada.
- entiéndelo de una vez, aunque yo no te amé por desgracia eres mi mate y te necesito para poder vivir, pero no creas que todo será de color de rosa, digamos que será negro - dijo lo último con una sonrisa.
Esas palabras que dijo me dejaron más asustada de lo quedaba. Él no me amaba ni, aunque fuera su mate y eso a mí loba le dolió, el solo me quería para poder vivir y hacerse más fuerte.
Podía sentir su mirada y sin querer lo mire directamente a los ojos.
- que haces - dijo acercándose - no quiero que me mires me oyes - dijo mientras me sujetaba la cara - nadie tiene permitido verme a los ojos y tú no vas a hacer la excepción.
Me empezó a apretar la muñeca hasta que se separó por la interrupción de la enfermera entrando a la sala.
- alpha, lo llaman - dijo.
- bien, volveré cuando termine de hacer mis asuntos, mientras no quiero que nadie se le acerque, ahora mismo ella es una intrusa en nuestra manada. - y sin más se fue dejándome allí sola.
La verdad no me arrepentí, pude ver bien sus ojos y esos ojos color chocolate sabía que estaban llenos de odio y tristeza y de que me iban a llevar a la perdición.
Cuando dijo lo de intrusa me dolió que no me representará como su mate, sabía que la promesa de vida negra iba a ser verdad y esto solo estaba empezando a comenzar.
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el lobo negro
Lupi mannari- dejame en paz - dije asustada . - entiendelo de una vez , aunque yo no te amé por desgracia eres mi mate y te necesito para poder vivir , pero no creas que todo será de color de rosa , digamos que será negro - dijo lo último con una sonrisa .