Possibility

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Nota: Este capítulo se sitúa en el día 22

El dolor de su espalda era inmenso las marcas de un látigo se veían visibles en un color rojizo carmesí. Dolía un infierno.

No creía, o al menos, no existía la posibilidad de que su familia en especial su padre se enterará del amorío que tenía el con el hijo de su gran socio. Tan solo un día en la mañana después de alistarse para la escuela, inesperadamente al salir de su habitación un puño golpeó su estómago. Su padre quién se encontraba hecho furia lo agarró de las púas y estampó su rostro en la pared asustando a todos los sirvientes que pasaban.

- ¿¡Usas el tiempo en el que no estoy para estar de puta!?- Vocifero. Silver jadeó intentando débilmente escapar del agarre en sus púas.

- Mghm

- ¡Margaret! - Gritó. La aludida subió las escaleras con lágrimas brotando de su rostro- Tu hijo ha estado de cama en cama, ¿que opinas de esto querida?

La mujer se quedó en silencio cabizbaja, sujetando firmemente su vestido.

- ¡Contesta!-

La eriza dió un brinco y se imitó a solo asentir y dejar sus labios entreabiertos completamente temblorosos. Tragó saliva y se enderezó.

- Perdón, crié mal a mi hijo -

El erizo mayor sonrió satisfecho al escuchar las palabras de su esposa, empujó al plateado al piso. Silver gimoteo por el golpe.

- De ahora en adelante yo me encargaré de tus estudios, serás desheredado de tu herencia. Quisiera ver qué logras estudiar sin tener ni un ring de mi parte-

Gil, el padre de Silver tenía principios machistas y misóginos, durante su niñez fue un niño que observaba cómo su padre golpeaba a su madre, cuando tuvo dieciocho años fue la edad suficiente para heredar la herencia de su padre y, en ese entonces, se había arreglado un matrimonio. Margaret era la hija de un gran comerciante y político, por lo que su matrimonio arreglado no era ningún problema.

Eso era antes de conocer en totalidad a su marido. Nunca pudo defender a Silver de los constantes golpes que el recibía ni siquiera se pudo defender cuándo su esposo la golpeaba y abusaba de ella sexualmente.

Habían pasado alrededor de dos horas su madre había curado sus heridas. Miró su habitación era tan sombría y oscura, desde que nació la luz del sol no entraba por esas grandes ventanas. Sabía que quedarían cicatrices pero está vez serían más notorias, no como las otras, de las cuales siempre contaba el número de golpes que recibía.

Desde niño sufrió la violencia de parte de su padre porque su madre era todo un amor, ella se encargaba de llevarle la comida aún que fuera prohibido, ella lo bañaba y le curaba sus heridas, incluso ella se dormía con el.

Pero desde niño siempre anotaba cada golpe ansiando el día en que por fin se los devolvería a su progenitor. Su padre era muy ingenuo, el único hijo que heredaria su fortuna sería el y, aunque tuviera otros hijos fuera del matrimonio eran considerados viles "bastardos" sin derecho a nada.

Miró a su madre que se encontraba con la cabeza recargada en su piernas completamente dormida. Busco su celular con la mirada encontrándolo en el suelo y apagado, giró su rostro a su costado encontrando una foto de Mephiles y el, abrazados y acurrucados.

No sabía lo que pasaría a apartir de ahora, pero sabía que se avecinaba una tormenta y un infierno.

Octubre

Escribo en una libreta porque mi celular dejó de existir, tú, dejaste de existir. Toda tu esencia se esfumó dejándome solo y abandonado a lado de un monstruo que odio con toda mi alma.

𝐎𝐥𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora