Capítulo XXXII

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Cuando cerré la puerta de la habitación de Cassian para dirigirme hacía el salón de las gemas fui emboscada por otra persona que me impidió avanzar.

—Hola bonita. —Una voz se hizo presenté provocándome un sobresalto.

El dueño de esa voz era un chico moreno con un sofisticado traje en verde esmeralda.

—No te asustes, solo vengo a ver cómo está mi mejor amigo. Soy el príncipe Aleister de Emerald —dijo quitándose la máscara.

—Claro que lo reconozco majestad, pero no creo que sea buena idea entrar, el príncipe Cassian se encuentra dormido.

—¿Es usted su novia? Jamás eh conocido a una de las chicas de ese margado, él dice que es muy reservado para mí solo no tiene corazón.

—¿Dice que soy una de sus chicas? ¿Dice que tiene más chicas solo que las mantiene en secreto?

Me crucé de brazos y Aleister pasó una mano por su cabello lucía nervioso y eso me causó tanta gracia quería reírme en su cara. Cuando lo conocí en el primer reino era más molesto, lo recordaba más irritante.

—No claro que no ¿Quién habló de otras chicas? él de hecho nunca se acercó a ninguna mujer que no sea de su familia.

—Descuide, todos tenemos relaciones pasadas, pero yo no estoy en una relación con él.

Aleister parecía confundido, sus ojos cafés me miraban dudoso mientras hacía bailar su mascara entre sus dedos.

—Qué curioso, hace unas horas estuve hablando con él y me confesó que había conocido a una chica demasiado hermosa en todos los sentidos y que estaba nervioso por bailar con ella.

—¿Y que le hace suponer que soy yo?

—Por favor, hizo su gran entrada contigo, se molestó cuando te vio con aquel sujeto, dejo que le quitaras la botella de alcohol de sus manos y fuiste tú la que lo trajo a su habitación. —Me miró orgulloso—. No soy idiota, además conozco a Cassian.

—Es su mejor amigo si ya lo mencionó.

—Tengo que admitir que la imitación de vampiro tiene buenos gustos.

—¿Disculpe?

—En fin, volvamos a la fiesta de Gala, tienes mucho que contarme de tu "no relación" con mi mejor amigo. Y no me hables de usted me hace sentir viejo y acabado.

Sonreí para no verme grosera, este hombre estaba robándome tiempo, tiempo que debería estar siendo ocupado en intentar entrar al salón de las gemas y no en hablar sobre Cassian. ¿Por qué querría yo hablar de Cassian?

—En realidad debo resolver algunos asuntos.

—¿Qué clases de asuntos? —Fredik habló detrás de mí.

Me sorprendí al sentir la presencia del rey a unos pasos, acechándome como un gran león apunto de atacar. No sentí el momento que se acercó a nosotros así que no estaba segura si talvez escuchó nuestra conversación.

Respiré con tranquilidad y le di media sonrisa para después decir en todo sereno que no era nada importante que volvería de inmediato, el rey Fredik me examino dudoso como si intentará descubrir mis intenciones, cómo si supiera que ocultaba algo o sospechaba de mis palabras, claro que mentía, pero se me hacía raro que el pareció notarlo, luego de eso mi vista paso a Keo a un lado de él.

—Está bien —dijo poco convencido— Nosotros solo vinimos a ver como esta Cassian. Ambos entraron juntos para acostarlo en su cama ¿verdad?

—Si, me crucé a Cassian con esta bella señorita en las escaleras y los ayudé. —Se apresuró a decir Aleister.

Robo a la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora