Capítulo XXXIII

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CASSIAN.

Dolor. Dolor era lo único que sentía en cada poro de mi piel, mi cuerpo estaba entumecido, mi cabeza pesaba, el cansancio me invadió en un segundo y no tenía ánimos de nada.

¿Cómo llegué a mi cama? O mejor dicho ¿Cuándo llegué? Empecé a suponer que uno de mis sirvientes me trajo. No sabía lo que pasó ayer después de la conversación con Gala, hasta esa misma platica me resultaba confusa. Mis recuerdos estaban borrosos apenas lograba poner mi cabeza en orden, pero si recordaba una cosa.

Nerea.

Nerea no bailo conmigo, No hicimos el baile que practiqué durante semanas en mi habitación, el baile por el cual me atreví a pedir clases particulares, el baile con el que soñé durante tres noches seguidas antes del cumpleaños de mi hermana.

En cambio, ella bailo con un completo desconocido, no recordaba su rostro o el sonido de su voz, ni su estatura, no tenía ningún detalle de él como para reconocer de quien se trataba.

¿Maldición estuve tan ebrio?

Entre gruñidos me removí en mi cama, estaba frustrado demasiado frustrado, no era un simple baile ni mucho menos algo elegante solo para presumir, el baile de la flor azul es un baile tradicional de Sapphires, tan antiguo como el reino mismo.

La leyenda cuenta que fue el baile del fundador el Rey Raang Edelstein realizó con su esposa en la temperada de florecimiento de aquella hermosa y exótica flor, que solo crecía en los alrededores de Supieres. 

Se decía que Raang comprendió que esas flores de alguna manera estaban relacionadas con la bestia de Sapphires, así que la noche de cada año, cuando las flores de cristales abrían sus pétalos desprendiendo un polen que con la luz de la luna volvían a esta completamente azul, ahí el primer rey, mí antepasado, decidió hacer un baile justo debajo de esa maravillosa luna mientras la bestia de Sapphires dormía y se mantenía controlada gracias a los poderes de la flor.

Desde ese día se ha llevado a cabo el baile todos los años, siempre era el primer baile que realizaban los reyes cuando se casaban y los siguientes años se escogían a dos personas, esto significaba unión de dos almas de forma romántica o no, ya que un baile no podía decidir el destino, pero se decía que gracias a la luna azul esas dos personas estarían unidas, que podrían complementarse, ayudarse y siempre sentir paz con la presencia del otro.

O almenos fue lo que me contó mi madre.

Y por cosas del destino o de la suerte, Gala nació ese día, el cumpleaños de mi hermana era en uno de los días más importantes para todo el reino.

Y por eso tanto mi padre como los súbditos la consideraban "La flor de Sapphires"

La flor de cristal azul era lo más significativo para el pueblo, mí padre se obsesionó tanto con las virtudes mágicas de la flor, que se introdujo en el mundo de la alquimia y pociones, siempre buscando extraer los poderes ocultos de la azul cristal.

Lo único que agradecía era que a Gala siempre le había gustado la atención ya estaba acostumbrada y que todas las miradas del reino, de los doce reinos en general estuvieran puestas en ella eso me permitía más tranquilidad a mí.

Abrí los ojos observando el techo de mi habitación intentado distraer mi mente y justo en ese momento escuché como me llamaban a almorzar. Al parecer era medio día. Me senté en la cama y pasé ambas manos por mi rostro para despabilar, al concentrarme en mis anillos recordé que le había dado a Nerea una replica del anillo de la familia, aquel no podía abrir el salón de las gemas, pero tenía un valor sentimental.

Robo a la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora