Capitulo IV

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Estaba cansada, sudada y sentía un dolor punzante en mi hombro derecho, pero lo ignoré, después de una larga batalla, los hombres de Vikran se rindieron y se largaron, los pocos hombres que siguieron con vida.

Me ajusté un poco la máscara salpicada con sangre, vi a mi tripulación esparcida por toda la cubierta, cansados por la reciente batalla que tuvimos.

—¿Están bien? ¿Algún herido de gravedad? —me acerqué a mi tripulación para revisar que todos se encontraran lo mejor posible.

—Capitana, es Louis y otros tres reclutas están muy mal heridos. —Jade me informó, mientras nos acercábamos hasta donde se encontraba Louis.

—Estoy bien, estoy bien —Louis exclamó con muecas de dolor, y expresión de agonía. Tenía un corte profundo en la mejilla y la muñeca le sangraba, le cortaron la mano.

Se veía mal, se veía muy mal.

Louis hacia todo lo posible para mantener la calma, pero los gritos de dolor eran muy agudos, estaba pálido y muy débil. Al menos la marca le otorgaba fuerza y energía extra, Rogaba para que eso fuera suficiente.

—Jade llévalo a bajo de inmediato hay que detener el sangrado y limpiar las heridas.—Di la orden a mi condestable y a otros oficiales para que llevaran a curar a Louis y los otros reclutas.

Continúe mirando a mi alrededor en busca de mis chicos, me concentré tanto en Vikran, que los dejé atrás, no quería pensar que estaban como Louis, esperaba que kraken y ricitos se encontraran bien, tenían que estar bien.

Los encontré en la parte trasera del barco, Vaden extendía la mano hacia Jesper, para ayudarlo a levantarse y después darse un abrazo, se veían bien, al menos se encontraban enteros.

Estaba a punto de acercarme a ellos, cuando sentí que alguien daba un jalón a mi falda, me giré y encontré a Tanik de brazos cruzados.

—¿Tanik no se suponía que estabas abajo? —le dije, esperaba que su respuesta haya sido acababa de subir.

—¿No quería quedarme abajo, pero capitana, eso que tiene en los brazos y en tu máscara y en tu corsé es sangre, se encuentra bien? 

Vi al pequeño y su rostro estaba cargado de preocupación.

—Tanik no deberías haberte quedado aquí, ¿qué hubiera pasado si te lograban capturar? ¿no te pusiste a pensar en eso?

—Yo solo quería serle de utilidad, ayudarla, pero responda mi pregunta por favor, ¿se encuentra bien? —el niño seguía con mucha inquietud y su rostro lo demostraba.

Me apoyé sobre una rodilla para quedar a su altura.

—Tanik cuando se te da una orden, tienes que obedecer, más aún si es en una situación de vida o muerte. —Le señalé el pecho para que entendiera que lo decía muy en serio—. Y respondiendo a tu pregunta, estoy bien, esta sangre no es mía es de Vikran.

El pequeño parecía más relajado, dejó salir un gran suspiro y soltó el aire que contenía en los pulmones, lucía algo indeciso, pero al final extendió sus brazos y me dio un abrazo tierno.

—Me alegra que esté bien capitana, usted me salvó y siempre le agradeceré por eso.

—Esta bien Tanik, ya está bueno, no me gustan los abrazos largos. —Pero aun así decidí no soltarlo, es más le devolví el abrazo. Hasta que el decidió alejarse de mí y se disculpó por ello.

Ordené otra vez, a Tanik que bajara a los cuartos.

Después de que se fue, vi a Piero descender desde el mástil mayor para posarse en mi antebrazo.

Robo a la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora