Me encontraba en medio sueño, abrazando la almohada y acomodándome más en la cama cuando escuché un fuerte estruendo en la cubierta de mi barco.
Pensé en dejar que Jesper y Vaden se encargaran de lo que sea que estuviera pasando, pero como siempre mi estúpida conciencia le gustaba tener todo bajo control y hacerlo ella misma.
Me levanté de mala gana, apartando las sábanas de terciopelo, caminé hacia mi ropero por algo de ropa, me detuve delante de mí espejo y vi mi apariencia que era sinónimo de desastre.
—Si hubieras bebido tu café ayer estarías de mejor humor y no te verías tan mal —Le dije en voz alta a la Nerea del otro lado del espejo.
Me cambie lo más rápido posible, desenredé algo mi cabello y en mi repisa comencé a escoger una entre todas mis máscaras, al final escogí una con detalles dorados que solo cubría la mitad de mi rostro, para que combinara con mi ropa negra (tengo estilo ok)
Estaba a punto de salir de mi camarote, pero me detuve justo antes de girar el pomo de la puerta, para hacer una prueba de mi aliento y si, apestaba, di media vuelta dirigiéndome al baño a cepillarme los dientes para eliminar mi mal aliento.
Me aseguré de que mi mascara estuviera ajustada y después salí de mi camarote algo molesta.
—¡Se puede saber qué demonios esta...! —Me detuve en seco cuando veo a Jesper sin camisa en la cubierta ayudando a limpiar algo derramado.
Su piel algo bronceada se veía tan cremosa y suave si ningún rastro de tinta en ella, sus abdominales marcados y sus brazos ligeramente fuertes se contraían cuando estrujaba el trapo para liberar el líquido en una cubeta, con camisa lucía más Delgado quien diría que escondía todo un cuerpo esculpido debajo de un trozo de tela.
Además de su hermoso cabello, que con la luz directa del sol se notaba más dorado y brillante, estaba segura que él tenía algún tratamiento para sus risos de oro, solo no lo quería compartir.
pero que rayos me pasa era Jesper, Nerea Tonta recuérdalo ¿quieres?
Se que llevaba un buen tiempo mirándolo, parada a unos pasos de la puerta, pero luego Jade llegó a mi lado y me sacó del estúpido trance.
—Tenemos todas las armas listas capitana y nuestra comida está muy bien distribuida durará para todo el viaje.
—¿Eh? oh gracias Jade, espero que los cocineros ya estén preparando el desayuno —respondí parpadeando muy rápido y obligándome a mirarla.
Jade era una chica de piel negra, con un cabello afro precioso y unos ojos cafés grandes, era muy bonita, pero también una experta en las armas, armaba una bomba con solo un poco de pólvora, madera y un encendedor, ni yo sé cómo lo hacía. Por eso era mi Condestable.
Jesper terminó de limpiar la cubierta con una sonrisa, pasó la palma de la mano por su frente para secarse el sudor, hasta que se da cuenta de mi presencia y un poco sorprendido se acercó a mí a paso rápido.
—Antes que nada, solo quiero que sepas que ya lo limpié y lo que se desperdició saldrá de mi paga, nadie tiene la culpa, lo peor ya pasó ¿está bien?
Se apresuró a decir algo agitado, pero yo seguía concentrada en que no traía una maldita camisa, oh mundo cruel porque pones mi ética profesional a prueba.
—¿Pero qué paso? — pregunté con una vos neutral y obligándome a mirarlo a los ojos.
—Es ... es solo que...—Empezó a dudar si decírmelo—, Le dieron una orden a Tanik de llevar los barriles de cerveza de la cubierta la cocina, pero se le resbaló un barril, la cerveza se derramó y Tanik se cayó, no tenía más camisas que la que llevaba puesta, así que le di la mía, no quería que se enferme. —Dio un ligero suspiro—. creí que podía terminar de limpiar todo antes de que lo vieras.

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Robo a la Corona
FantasíaNo todos son capaces de robar el mundo para conseguir lo que desean ¿Tú serías Capaz? En el mar de los doce reinos gema gobernaba una pirata buscada, temida, odiada o respetada. Todos temblaban con solo mencionar su barco, ver una sombra fugaz o un...