Capítulo XXIII (Parte II)

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Como ya estaba acostumbrada a que el rey no me tomará en cuenta, no iba alistarme para ir al pueblo, pero Cassian me defendió y dijo que tenía que valerme mierda la opinión de su padre.

También añadió que el deseaba que lo acompañará y que Gala se pondría feliz de que estuviera ahí.

Así que aquí estamos caminando por el Pueblo, después de un recibimiento a los carruajes reales, no sé cómo rayos, pero el pueblo amaba al rey.

Cassian me prestó un enorme sombrero floreado que cubría bastante mi rostro, ¿De dónde saco Cassian este sombrero? No creo que las flores sean lo suyo.

Nos encontrábamos en la plaza principal viendo los bailes, cuando escuche un fuerte chillido por el cielo.

Piero.

Después de dos meses volví a ver halcón me sentía muy contenta, era demasiado fácil de reconocerlo, era mi mascota, el ser vivo que más me conocía y su chillido era inconfundible, bueno también tiene las alas de diferente color; la derecha es negra y la izquierda gris.

Pero me gusta pensar que tenemos una conexión.

—¿Te gustan las aves? —preguntó Gala mirando de igual manera al cielo.

—Creo que son criaturas majestuosas.

—Yo pienso que son animales aterradores, sus ojos saltones y sus garras, simplemente no las soporto —Interrumpió Keo —Resumiendo son muy feos.

Nerea contrólate, solo cálmate.

—¿Cree que son feos? ¿Feos? Son seres que emanan respeto y hay que tener coraje para intentar acercarse a uno —lo miré de pies a cabeza —Entiendo que no sea lo suficientemente valiente.

—Solo me causan repulsión.

—Muchos dirían lo mismo de usted —hablé tajante.

Keo abrió los ojos sorprendidos, traía los labios separados, pero los cerró bastante rápido, recobró su postura sofisticada y me sonrió calmado.

Yo en cambió lo miraba bastante indignada y molesta, apretaba la mandíbula intentando controlar mi lengua.

Me ignoró y siguió con la vista pegada en los bailes, ya estaba por hablar quería seguir discutiendo, pero alguien comenzó a tirarme el brazo alejándome del tumulto de personas.

—¿A dónde vamos Cassian?

—Solo intentaba salvar a keo de quedar con un ojo morado o que terminara con el labio partido—Respondió divertido —Es lo único amable que haré por él.

—Ya bueno, se controlarme, no tengo problemas de ira.

—Mi oreja no piensa lo mismo, recibió una cortada por ti y tu furia.

—lo merecías.

Después de unos minutos me zafé de su agarré para seguirlo unos pasos atrás.

Seguimos caminando, cada vez estábamos más lejos de la plaza principal y el pueblo en general, nos detuvimos delante de una entrada de la cual colgaban cientos de lianas, ramas y flores.

—Ven quería mostrarte algo — habló Cassian apartando las raíces y adentrándose al lugar.

Mi curiosidad me ganó así que lo seguí.

Al pasar la puerta de raíces y flores, el lugar del otro lado era hermoso, un bonito lago, con piedras alrededor y un puente que cruzada de una esquina a otra. El agua parecía encantada, todo el lugar en realidad, porque era de tonalidades azules y moradas, con un toque de amarillo por las luciérnagas y las flores.

Robo a la CoronaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora