CAPÍTULO 4

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ALMA

Después de la terrible noche de ayer, tuve que levantarme súper temprano para poder alistarme para el desayuno de los grandes empresarios, pero antes tengo que ir a levantar a mi jefe ya que no se puede levantar solo.

Dios, parece niño.

Cuando llegue a la casa de mi jefe, abrí la puerta rápidamente y vi ropa interior de mujer regada por todas partes.

¿Esto es enserió?

Camine hasta la habitación donde estaba Alan dormido, con el pecho desnudo. A su lado estaba una mujer, a la cual en mi vida había visto.

Empecé a mover rápidamente a la mujer, esta se despertó casi de inmediato, me miro asustada.

—Es hora de irte.

—S...si —dijo con un hilo de voz.

La mujer se marcho rápidamente, que pena estar en esta situación, pero el señor Banks me iba a correr si llegábamos tarde.

Comencé a mover rápidamente a Alan para que se despertara, pero era imposible. Fui hasta la cocina, y tome un vaso con agua. Volví con Alan quien dormía cómodamente.

¿Es enserio?, yo madrugando, me vine en taxi casi muerta de sueño y mientras el esta muy cómodo  acostado con otra en la cama, esto debe ser una broma. Le arroje el vaso de agua en la cara, Alan se despertó rápidamente de un salto, me miro molesto por un momento y después me miro bien y mostró una boba sonrisa.

¿Qué haces aquí chicle?, ¿Quieres hacerme compañía? —dijo con una boba sonrisa.

Pongo los ojos en blanco y le quito la sabana.

-Levántese, ya vamos tarde al desayuno.

El se levanto y se fue a bañar mientras que yo le buscaba un traje, su armario era del tamaño de mi departamento. Cuando termino  de arreglarse yo estaba sentada en la sala acomodando algunas fechas, vaya que iba a estar ocupado  estos días.

Alce mi vista y vi a Alan parado enfrente de mi, mirándome fijamente, su corbata estaba mal acomodada, me levante del sillón y me acerque a el tranquilamente mientras le acomodaba la corbata.

—No sabia que podías hacer el nudo.

Suspire, estaba el demasiado cerca, decidí concentrarme en la corbata.

—Mi abuelo usaba y desde pequeña me enseñe a hacerlos.

—Lo de la mañana... —comenzó a ponerse rojo—Lo siento...

—¿Por qué?, es su vida privada, tiene todo el derecho de estar con quien quiera — digo encogiéndome de hombros.

Termine el nudo, la corbata estaba perfecta, sin querer queriendo sus ojos azules se me quedaron mirando fijamente. Alan era demasiado apuesto, sentí que me ruborizaba, moví ligeramente la cabeza y me aleje de él.

Tarde unos segundos para recobrar mis postura. Cuando me di la vuelta el mi acorralo contra la pared.

—Dime la verdad

— ¿Qué? — digo con  apenas un hilo de voz

— ¿Te gusto?

Solté una gran carcajada.

—¿como crees?, sinceramente usted no me atrae para nada —digo aún riendo.

El puso cara de pocos amigos, ups creo que se molesto. Trate de zafarme de sus brazos para poder irnos, pero el me volvió a acorralar en la pared, esta vez se acerco mas ami, pude sentir su respiración en mi rostro.

Enamorándome de mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora