CAPÍTULO 5

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ALMA

—Sube—Me ordena.

La misteriosa persona da un suspiro y observo como se retira el casco, es una mujer, de cabello castaño hasta la mitad de su espalda, piel blanca y ligeramente maquillada, ella me miro un poco dudosa y me ofreció un casco.

—¿Eh?

—¿Quieres alcanzarlo, no?

Asiento rápidamente y me coloco el casco para subirme con ella en la moto.

Al momento de subirme ella acelero hasta alcanzar la limosina en donde va  Alan.

¿Como diablos iba a hacer que Alan se pare?

Creo que no pensó en todo.

Y para empezar, ¿Quién es ella?.

Demonios, cuando voy a entender que no debo subirme a la moto de una desconocida.

Ella acelero aún mas haciéndonos quedar enfrente de la limosina la cual se detuvo a tiempo, quedando justo en frente de nosotras.

Alan sale furioso de la limosina y camina a nuestra dirección, la misteriosa mujer ríe tan despacio que apenas la pude escuchar.

—¿Que demonios?—Grita Alan.

La mujer se baja de la moto y se quita el casco, lo cual provoca en Alan un rostro de sorpresa y terror.

—¿Valeria?, ¿Que haces aquí? —Preguntó sorprendido.

Ella sonrió y me miro, me quite el casco y camine hacia ella.

— Primo, me puedes explicar, ¿porque dejas a una dama a su suerte? —Pregunto Valeria molesta .

Alan Suelta un bufido y pone los ojos en blanco—Ella es mi asistente, en si es un chicle, siempre se pega a mi.

Valeria se acerca sonriente y le da un  un coscorrón a Alan.

—Nunca se habla mal de una dama—dijo, después me miro y se acerco a mi. —Soy Valeria Banks, prima de él estupido de tu jefe.

—Mucho gusto señorita Valeria, me llamo Alma Sotelo y gracias por traerme hasta aquí.

Ella sonríe —No te preocupes, no te podia dejar a tu suerte.

–¿Que haces aquí?—Pregunta  Alan mirando a su prima

—Por la junta de mañana, Derek no podía venir y me pidio ayuda....

—No lo menciones.

—Solo dale una oportunidad, se que se llevaran bien...

Alan suelta un bufido y luego me miro con recelo.

—¿Cual junta? —Pregunta  mirándome molesto.

¿Ami que me mira?, ah cierto, soy su asistente, aún que nadie me había dicho de la junta.

—No me mencionaron ninguna junta—dije.

Alan maldijo en voz baja. ¿Acaso él no estaba invitado a la junta de accionistas ?

Y si es así, ¿porque?

Bueno debo admitir que él es demasiado egocéntrico, y demasiado pero enserio, demasiado pesado cuando quiere, pero con el trabajo es demasiado eficiente e inteligente.

—Vamonos—Dice Alan.

Asiento rápidamente, él se miraba un poco preocupado.

Me acerco a Valeria y le doy la mano, ella me abrazo y me miro con una gran sonrisa.

Enamorándome de mi jefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora