𝑶𝑪𝑬𝑨𝑵'𝑺 𝑬𝒀𝑬𝑺, 𝚜𝚎𝚝𝚑 𝚌.

two

CAPÍTULO DOS

La pasta con la salsa blanca de Esme estaba deliciosa, sin duda uno de los mejores platos de pasta que ha probado Cassandra en su vida.

Mientras la hereje terminaba su pasta, los vampiros a su alrededor la observaban, cada uno perdido en sus propios pensamientos, pero todos pensando lo mismo.

Cassandra.

La familia Cullen ya consideraba a Gold parte de la familia, una hermana menor a la que protegerían con su vida si fuera necesario, y Cassandra no pensaba diferente de ellos.

Para el hereje, y cualquiera cercano a ellos, los Cullen eran una familia perfecta. El mero hecho de que el hereje hubiera encontrado una familia tan unida como ellos la llenaba de felicidad y orgullo.

Esme y Carlisle eran los padres –y pareja– perfectos, Esme tenía el amor de una madre mientras que Carlisle tenía la sabiduría de un padre, el amor que ambos tenían por su familia era claro. Jasper y Alice eran un complemento perfecto el uno para el otro, el yin yang en sí mismo, Alice era vivaz y enérgica mientras que Jasper era tranquilo y reservado. Emmett y Rosalie parecían ser opuestos, opuestos que se complementaban a la perfección, Emmett era un niño en el cuerpo de un adulto mientras que Rosalie era claramente una mujer extraordinaria.

Aunque Cassie no conocía a Isabella, el hereje estaba segura de que sería una gran mujer para Anthony, y secretamente esperaba que complementara al telépata y que lo hiciera feliz, porque la híbrido haría cualquier cosa para ver feliz a su hermano.

Cuando el hereje terminó de comer, los vampiros regresaron a la sala de estar para terminar su conversación. Se sentaron y Cassandra aclaró algunas dudas de Carlisle antes de continuar.

—Bueno, creo que lo único que falta es la transformación. —Los vampiros en la habitación estuvieron de acuerdo. —Para que alguien se convierta en vampiro debe morir con sangre del vampiro en su sistema, cuando despierte necesitará beber sangre humana en las veinticuatro horas, de lo contrario morirá.

—Impresionante.

La conversación continuó durante la noche con el hereje explicando y aclarando todas las dudas de los vampiros. Cuando el cielo mostró sus primeros rayos brillantes en el cielo aún oscuro, los Cullen convencieron al híbrido para que descansara un poco.

Por ahora Cassandra dormiría en la habitación de Edward –ya que no había otra habitación con una cama en la mansión– el vampiro transportó los baúles del auto a su habitación mientras la hereje se bañaba y cambiaba su ropa de viaje por un pijama improvisado –una remera de Edward y unos pantalones cortos de Alice– tan pronto como Cassie se acostó en la cómoda cama, pronto se quedó dormida.

•••

A la mañana siguiente, Cassandra se despertó con el dulce olor a panqueques y frutas que flotaban en la casa. Al abrirlos, la hereje vio a Alice parada frente a su cama con una sonrisa.