three

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CAPÍTULO TRES

Después de vencer a Emmett, la híbrida salió de la casa por un rato, después de muchas protestas de Edward, para disfrutar de la poca luz del pueblo

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Después de vencer a Emmett, la híbrida salió de la casa por un rato, después de muchas protestas de Edward, para disfrutar de la poca luz del pueblo.

Cassandra no estaba acostumbrada a vivir en pueblos pequeños, pero no podía negar que el pueblo pequeño tenía su encanto –a pesar de que llovía casi todos los días–, la forma en que todos los residentes se respetaban y ayudaban encantaba al hereje.

No podrías comparar la vida en Londres con la vida en Forks. En Londres su vida era mucho más agitada –con la apertura de Lura's especialmente– Cassie apenas tenía tiempo de observar la vida humana a su alrededor, el trabajo la rodeaba las veinticuatro horas del día. Pero en Forks el tiempo parecía pasar más lento, la gente no se molestaba en tomar el tráfico para llegar a casa después de un día de trabajo, y mucho menos ver si venía un auto antes de cruzar la calle.

Cuanto más observaba el pueblo la híbrida, más sorprendida estaba. La diferencia entre Forks y cualquier otra ciudad en la que haya vivido era marcada, y solo confirmó que no importa cuánto tiempo viviera la hereje o cuánto supiera, siempre habrá algo que la impresione o le enseñe algo que no sabía.

Cassandra no supo cuánto tiempo estuvo mirando la calle desde su auto, pero en el momento en que salió, el viento frío la golpeó con fuerza. Por mucho que viviera durante años en Londres –donde en invierno la temperatura alcanzaba los quince grados bajo cero– la hereje no podía acostumbrarse al viento frío golpeando con fuerza su rostro, más cuando dentro de su auto hacía tanto calor.

La híbrida caminó por la calle viendo que ella era la nueva atracción del pueblo, por donde pasara las miradas en su dirección seguidas de susurros eran inevitables –más aún por ser un pueblo tan pequeño–, la híbrida en realidad no se molestó, a veces incluso encontraba graciosas las teorías que escuchaba sobre sí misma.

La hereje estaba viendo a una pareja hablando de algo que a ella no le importaba lo suficiente escuchar, cuando notó el pequeño dolor en su encía, tenía sed. Y por lo que podía recordar, no había tenido una gota de sangre desde que salió de Londres.

Era raro que la híbrida bebiera sangre directamente de la vena, pero en su situación actual no tenía otra opción. Cassandra buscó sola a un humano, el pueblo era pequeño por lo que tendría que tener cuidado de no ser vista.

Una mujer joven de unos treinta años estaba abriendo su tienda, sola, perfecta. La híbrida se acercó al pequeño establecimiento y entró siendo notada por el timbre de la puerta, la hereje no escuchó ningún otro corazón latir en la tienda por lo que dedujo que solo eran ella y la mujer.

Cassie se acercó tranquilamente a la humana, que en cuanto la vio caminar hacia ella, estalló en una sonrisa tonta.

—¿En que puedo ayudar?

𝑶𝑪𝑬𝑨𝑵'𝑺 𝑬𝒀𝑬𝑺, 𝚜𝚎𝚝𝚑 𝚌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora