CAPÍTULO CUARENTA Y CUATROCassandra odiaba cuando su cabeza no se relajaba y no la dejaba dormir bien. Le gustaba dormir y, aunque no necesitaba todo el sueño que necesita un humano normal, se ponía aburrida y gruñona como un viejo gruñón cuando no podía dormir bien, lo que casi siempre hacía que buscara en su biblioteca de grimorios un nuevo hechizo para aprender o crear, y así es exactamente como se encontraba a las tres y nueve de la mañana, atrapada en su oficina leyendo un viejo grimorio.
La hereje estaba tan concentrada en hacer ese hechizo que no notó a la loba parada en la puerta de la oficina tratando de averiguar qué estaba haciendo. Leah entró en la habitación y se arrojó en el sofá debajo de la ventana, atrayendo la atención del hereje hacia ella.
Cassie miró a la loba que yacía en el sofá y volvió al hechizo: —¿Pasa algo?
—No puedo dormir. —Leah volvió el rostro hacia el hereje. —¿Y tú?
Cassie se encogió de hombros: —Pensamientos desordenados.
—¿Que es eso?
—¿Qué es que?
—Eso. —Leah se sentó en el sofá y señaló la mesa llena de cosas que no sabía qué era. —Todas esas cosas.
El hereje miró la mesa y vio que estaba más desordenada que de costumbre: —Cuando mi mente deja de funcionar me encierro aquí y trato de crear o practicar algo nuevo.
—¿Cosas de brujas entonces?
—Cosas de brujas. —La hereje se rió y se tiró hacia atrás dando vueltas en su silla. —Así que... ¿emocionada?
—Estoy nerviosa. —La loba también se tiró de espaldas en el sofá y cerró los ojos. —Es extraño.
—Es algo nuevo y aterrador. Tienes miedo de cometer un error, no saber cómo hacerlo y... creo que ya tuvimos esta conversación.
—Sí. —Leah se rió y se acostó. —¿Crees que voy a... no sé...?
—Vas a arrasar Leah. Serás la modelo más bonita de toda la pasarela.
—¿Cómo estás tan segura? ¿Qué pasa si tropiezo, caiga al suelo y... rasgue mi vestido? o peor... ¡¿y si no les agrado?!
Cassandra se levantó de su silla y se sentó en la esquina del sofá en donde estaba acostada la loba: —Cuando empecé también pensaba así.
—¿También te pasaba?
—¡Si! Estaba poniendo suficiente dinero en mi sueño como para comprar una isla privada, pero mucha gente me llamó loca. —Leah abrió los ojos y miró al hereje. —Nunca antes había entrado en el mercado de la moda, era algo nuevo y no sabía por dónde empezar. Estaba perdida hasta que conocí a Oscar, él me ayudó en todo y ahora somos quienes somos.
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𝑶𝑪𝑬𝑨𝑵'𝑺 𝑬𝒀𝑬𝑺, 𝚜𝚎𝚝𝚑 𝚌.
Fanfictionᴏᴇ| ❝In all my years of life I have never loved anyone as I love you❞ Edward Cullen se casa con Isabella Swan y llama a una vieja amiga para que sea su dama de honor. Cassandra Gold, una hereje de 445 años que ayudó a Edward en la década de 1920, te...