seventeen

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CAPÍTULO DIECISIETE

Seth no estaba prestando atención a lo que estaba pasando en la cocina, pero en el momento en que su madre comenzó a gritar, se concentró por completo en la pequeña habitación y en cuestión de segundos ya estaba parado en la puerta súper preocupado

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Seth no estaba prestando atención a lo que estaba pasando en la cocina, pero en el momento en que su madre comenzó a gritar, se concentró por completo en la pequeña habitación y en cuestión de segundos ya estaba parado en la puerta súper preocupado.

—¿Qué pasó? ¿Madre?

En lugar de ver a su madre maldiciendo algún utensilio de cocina, a menudo un cuchillo por lastimarla, el lobo encontró a su madre gritando y abrazando a Leah mientras saltaba por la cocina, y podría haber jurado que vio algunas lágrimas caer del rostro de la mayor mientras ella seguía diciendo "Oh Dios, estoy tan feliz por ti".  Seth estaba realmente confundido.

Cuando Sue soltó a su hija y dejó de gritar y animar, Leah se dio cuenta de que su madre estaba llorando: —¿Madre? ¿Por qué estás llorando?

—Felicidad, querida, felicidad. —La mujer sonrió triunfante mientras se secaba unas lágrimas.

—Ok. Estoy perdido, ¿qué pasó aquí?

Sue, quien acababa de notar la presencia de su hijo en la puerta de la cocina, le hizo señas al niño con la mano para que se uniera a ellas, quien fue recibido de inmediato con un abrazo grupal.

—Os amo demasiado a los dos.

Leah miró sospechosamente a su hermano quien asintió, su madre era extraña.

Seth se separó del abrazo y miró a la mayor: — Mamá, me estás asustando, ¿qué está pasando?

—Tu hermana va a ser modelo.

El lobo miró a su hermana que bajó la cabeza avergonzada: —¿Leah? ¿Modelo?

—¿Acaso tienes otra hermana, Seth Clearwater?  ¡Claro que no Leah!

—Vale, vale, lo siento.

Seth se alejó de la madre que le daba palmadas en el hombro súper molesta, pero al mismo tiempo sonriendo con un brillo en los ojos en dirección a Leah, lo que confundió aún más al niño.

—Leah, ¿cuándo decidiste ser modelo?

La loba abofeteó a su hermano en la parte posterior de la cabeza, quien la maldijo, y se sentó en la silla alrededor de la mesa del comedor con su madre y su hermano repitiendo su acto: —De hecho, recibí una oferta para convertirme en modelo hace unos días...

—¿De quién?

—¡Deja hablar a tu hermana Seth! Prosigue querida.

Leah se rió de su madre, pero continuó: —Así que... ¿Recuerdas cuando te imprimaste de Cassie?

—Claro.

—Poco antes de que te la cruzaras, me contó que tiene una empresa de moda y que yo le gustaba... De todos modos, me pidió que fuera una de sus modelos.

𝑶𝑪𝑬𝑨𝑵'𝑺 𝑬𝒀𝑬𝑺, 𝚜𝚎𝚝𝚑 𝚌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora