eighteen

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CAPÍTULO DIECIOCHO

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CAPÍTULO DIECIOCHO

Cassandra estaba súper emocionada de mostrarle a Leah los vestidos, los monos, los trajes de pantalón, los bikinis y los crop tops que había diseñado para ella

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Cassandra estaba súper emocionada de mostrarle a Leah los vestidos, los monos, los trajes de pantalón, los bikinis y los crop tops que había diseñado para ella. La piel marrón ligeramente rojiza de la loba combinaba perfectamente con su paleta de colores para la temporada y, si tenía razón, lo cual era cierto, todas las piezas se verían espléndidas en su cuerpo.

La hereje había pasado gran parte de su día detallando el vestido de novia de Isabella y peleando con Edward por el color de su traje, donde el telépata se negó a usar un traje negro o azul marino y la híbrida lo amenazó con que lo haría rosa, pero aparte de eso, su día fue tranquilo y muy productivo. Cassandra dividía su tiempo entre terminar de enviar algunos dibujos para que Marie y Oscar dieran su opinión y cotillear con Alice, Rosalie y Esme en la sala de estar sobre asuntos aleatorios y los últimos detalles de la boda.

Alice había prohibido al hereje que hiciera los vestidos de las damas de honor, ya que según la vidente ya estaban en camino y los había hecho una vieja amiga noruega que también era estilista, y según ella la pequeña híbrida ya estaba muy sobrecargada con el vestido de la novia, el traje del novio, su propio vestido de dama de honor y su colección de otoño para la Semana de la Moda de Milán, para preocuparse también de hacer los vestidos y trajes de la familia –una acción muy noble de la vidente pero que el hereje consideró innecesaria–, ella podía hacer todo sin ningún problema.

Cassandra vio que no tenía sentido tratar de pelear con la psíquica así que dejó de lado las ganas de hacer todos los vestidos y trajes, y se enfocó en terminar sus dibujos para Milán, después de todo aún tenía que terminar y escanear para enviarlo a Londres antes de que Oscar la llamara para darle otra conferencia sobre cómo se ha estado olvidando de su vida, y de él, y que necesita concentrarse en lo que era prioritario, donde, como de costumbre, lo maldijo en un idioma que él no conocía, puso los ojos en blanco y colgó el teléfono a la mitad del discurso. Y además, tenía a Leah.

Después de la conversación con la loba la noche anterior, la hereje apenas había podido dormir y no podía esperar para contarle todos sus planes a su nuevo modelo. De hecho, Cassandra se había sorprendido con el mensaje y la llamada de la loba, sabía que las posibilidades de que Leah aceptara cambiar su vida eran grandes, pero se sorprendió al ver que ya tenía una respuesta dos días después de la propuesta –ya que sus otros modelos solían tardar de tres a cinco días en volver con ella– y fue un cambio radical en su vida.

𝑶𝑪𝑬𝑨𝑵'𝑺 𝑬𝒀𝑬𝑺, 𝚜𝚎𝚝𝚑 𝚌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora