𝑶𝑪𝑬𝑨𝑵'𝑺 𝑬𝒀𝑬𝑺, 𝚜𝚎𝚝𝚑 𝚌.

thirty

CAPÍTULO TREINTA

Unos segundos después de que todos los invitados estuvieran sentados esperando que se sirviera la cena, Cassandra y Emmett se levantaron de sus asientos y caminaron hacia el pequeño escenario que estaba en el centro del espacio.

—Disculpen. —Emmett golpeó el micrófono tres veces haciendo que la atención de todos se dirigiera al escenario. —¿Me escuchan?

—Creo que nos están escuchando bien Emmett.

—Ah claro. —El vampiro levantó la copa de champán en su mano. —Me gustaría proponer un brindis por mi nueva hermana.

Todos tomaron sus copas y las levantaron un poco de la mesa esperando que el vampiro terminara su discurso.

—Bella, espero que hayas dormido lo suficiente estos últimos dieciocho años, porque no harás esto por mucho tiempo.

Cassandra se rió en voz baja mientras tomaba un sorbo de su vaso y vio una mueca en los rostros de algunos de los invitados, especialmente en el rostro del Sheriff Swan, mientras Edward sacudía la cabeza con incredulidad por lo que su hermano había dicho. El hereje abrió el púlpito para los discursos y pronto vio a la amiga humana de Isabella, la aburrida de Jessica, lista para dar un discurso a su amiga.

—Bella no era diferente a cualquiera que estuviera totalmente enamorada de Edward, el cabello, como a mi me gusta...

Cassandra vaticinó que iba a decir algo que no debía por lo que pensó que lo mejor era interrumpir su discurso aburrido, y por culpa de la champaña.

—Creo que alguien bebió demasiado champán.

Cassie empujó un poco a Jessica hacia atrás, haciéndola mirar a los ojos del vampiro mientras hablaba y así quedó perfectamente hipnotizada.

Jessica parpadeó y premió al hereje: —Sí, bebí mucho champán.

—Yo sé que sí. —La hereje apoyó a la humana y se volvió hacia el micrófono. —¡¿Puede alguien ayudarme aquí?!