Capítulo 1

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Miraba las gotas de lluvia que caían por el cristal del auto. Suspire nerviosa al sentir la mano de papa en mi muslo.

-mientras te comportes nada va a pasar y todo será un buen comienzo- yo asentí rápidamente pegándome más a la puerta tratando de alejar su toque de mi.

Pasamos un letrero

Bienvenidos a Forks

Mire el bosque con una sonrisa. Siempre me e sentido segura en el, donde vivíamos antes, detrás de la casa había un pequeño bosque y un río en el cual me sentaba todas las mañanas a ver el amanecer.

El único que me escuchaba gritar.

Mire con tristeza el cielo. Solo quiero que este nuevo comienzo sea uno feliz y tranquilo pero se que mientras este papa no va haber felicidad.

Nos adentramos en el busque. Me puse nerviosa al instante. Llegamos a una casa parada en la nada. Trague nerviosa y con miedo. Mis esperanzas de ser feliz se van por la borda al ver donde seria nuestra nueva casa.

No me malentiendan amo el bosque y su tranquilidad pero en mi situación, vivir en un bosque con el no es nada bueno.

-te gusta la nueva casa?- pregunto pasando su brazo por mis hombros. Yo asentí rápidamente huyendo de su toque. El me miro serio. - que te dije?- yo trague duro.

-que me porte bien- susurre. El asintió satisfecho y entro a la casa con varias cajas. Yo respire pesadamente aguantando las lágrimas de impotencia.

Fui a coger mis cosas y llevarlas a lo que sería mi habitación. En el ático. No tenía problemas con eso. Tenía un ventanal gigante, una cama y un pequeño escritorio en forma de L. El colset algo grande para mi ropa. Las paredes de un color azules y gris.

Deje las cosas en el suelo y abrí las ventanas. Respire el aire del bosque con una sonrisa. Me gire viendo el cuarto lleno de polvo. Decidí ponerme a limpiar y recoger.

Movi la cama cerca del ventana. El escritorio lo puse en la esquina al fondo frente a una pequeña ventana que había. Abri mis cajas empezando a desempacar. Puse las alfombras peludas grises en el suelo.

Puse mis estanterías de libros en la otra esquina. Acomode todos mis libros poco a poco en ellos. Luego puse un pequeño cojín en el suelo en el cual usaría para leer.

Suspire satisfecha al ver como quedó todo limpio. El cuarto tenía un olor a fresas y bosque. Sonreí feliz. Felicidad que se esfumo al sentir los toques en la puerta.

Abrí la puerta lentamente. Papa me miraba con una sonrisa. Yo trague nerviosa.

-que tal te parece tu habitación?- pregunto entrando en ella. Sonrio viendo como había acomodado todo.

-es muy bonita- susurre pegándome a la pared. El se acerco lentamente

-hay algo que quiero enseñarte- susurro en mi oído. Sentí mis ojos llenarse de lagrimas. Negué lentamente. Me arrastro a unas escaleras.

Llegamos como a un sótano. Mire como había unas sábanas en el suelo y un pequeño cajón. Lágrimas bajaban por mis mejillas.

-vez que hermosura- susurro quitándose el pantalón. Yo me aleje de el. El solo rio y se acerco. Cogio la correa y se acerco rápidamente.

Me agarro del brazo y me tiro a las sábanas. Cogio un paño amarrando mis a un pequeño tubo que había. Sentí un ardor. Solte un grito. Y empezó la tortura.

Quito mi ropa y paso sus manos por mi cuerpo. Me removi tratando de evitarlo. Volvió a golpearme con la correa. Sentía la sangre salir en mi espalda y brazos.

El empezó a restregaba contra mi espalda. Yo gritaba asqueada y con dolor. El gruñia exitado mientras yo gritaba de dolor. Sentí algo espeso en mi espalda. Grite al sentir como cogia el pequeño cuchillo y juzgaba con el en mis piernas haciendo cortes en ellas.

Grite y llore pero nadie me escuchaba. Nadie venía.

-estuviste muy bien- dijo desamarrandome. Yo me aleje de él. -vete a tu cuarto y ya sabes ni una sola palabra- me apunto con el cuchillo. Yo llore mientras asentía.- mañana empiezas las clases en el instituto cerca del pueblo- me tense.

Odiaba la escuela. Aunque me gustaba salir de casa aunque sea para estar con gente desagradable. Cualquier lugar es mejor que mi casa.

Subí lentamente a mi habitación. Entre al baño y me metí en la ducha. El agua caliente me lastimaba las heridas. Llore mientra pasaba jabón por las heridas. Ardía como el demonio.

Sali secando mi cuerpo lentamente. Mire mis piernas y suspire. No podré ponerme faldas en un largo tiempo. Tenía cortes en todas mis piernas.

Me acosté en la cama sintiendo como las lagrimad bajaban por mis mejillas. Estaba cansada. Mis ojos pesaban y mis heridas ardían. Mire al cielo.

-por favor que alguien me escuche- susurre una última vez antes de caer en un sueño profundo.

El sol entraba por mis ventanas haciéndome gruñir. Me pare lentamente sintiendo el ardor por todo mi cuerpo. Me queje al pararme. Mi piel se estiraba haciendo que las heridas lo hagan también y sangren un poco.

Me metí a bañar con cuidado. Salí buscando que ponerme. Busque un pantalón azul despegado del cuerpo y una camisa hasta gris algo grande. Peine mi cabello en una trenza y baje.

Papa estaba en la cocina. Yo lo mire con miedo. Me sente lentamente. El me miro molesto.

-que no vez que tengo hambre?- pregunto molesto, yo trague nerviosa.

-pero es tu turno de coci- el golpe en la mesa me interrumpe. El se levantó y se acercó dispuesto a golpearme. Me pare rápidamente el me agarro fuertemente del brazo.

-que te dije?- pregunto haciendo fuerza. Yo asentí rápidamente. Me dirigí a la cocina haciendole tostadas y café.

Se lo puse frente a él. El me miro aún más molesto pero no dibo nada. Comio rápidamente.

-avanza te llevo- yo asentí recogiendo mi mochila. Entramos al auto. El avanzo rápidamente. Llegamos a la escuela. Antes de bajarme me agarra del muslo.- te espero en casa- yo sentí mis ojos llenarse de lagrimas pero no dije nada.

Me baje lentamente. Limpie mis lágrimas y me gire con una sonrisa. Camibana a paso rápido pues no veía tanta gente fuera de la escuela.

Cuando entraba choque con un cuerpo. Un chico asiático me miraba con una sonrisa.

-hola soy Eric ojos y oídos de este lugar- yo lo mire con una pequeña sonrisa- lo que necesitas, un amigo, un hombro para llorar- yo me tense un poco.

-lo tendré en cuenta, por ahora solo quiero mi horario- el sonrio y me llevó por un pasillo hasta llegar a la oficina.

-bien aquí es- yo sonreí un poco.

-gracias- el asintió y se fue. Yo entre, en la escritorio había una mujer. - permiso-ella levantó su cabeza al escucharme y sonrio .

-tu debes ser Samantha Cowel- yo asentí. - ten- me tendió un papel y unas llaves- tu casillero es el 216- yo asentí y sin más sali.






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Hola guapurassss!!!

Estoy muy emocionada! Esta es mi segunda historia y tengo muchísimas en mente que se que les gustaran! Gracias por todo el apoyo<3

Espero que les guste, todo tipo de comentarios es bienvenido siempre y cuando sean instructivos<3

Todos tienen una forma de escribir y esta es la mia si no te gusta puedes buscar otras historias!

silent screams~ Jasper Hale & Emmett Cullen ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora