Capítulo 17. Cárcel

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-¡No, no, no, no, no!

-Cállate joder. Tu voz me irrita.

-Hablas igual que el guardia de la puerta.- dije dándome cuenta de cuan se irritaban con nada.

-Es mi hijo estupida.- le di el sentido.

Tras una larga escena de preguntas como las de antes decidieron hacer uso de sus aparatos conmigo para que hablara.

El caso es que. ¡No se quien es Enonimus, ni que quieren de mí!

Empezaron arrancándome los bellos rubios de mis dedos de los píes. Esos que hacen daño, si.

Me queje par de veces porque quería que vieran que era mas valiente de lo que pensaba aunque por dentro este muriéndome y agonizando.

-Niña estupida como no hables te haremos cosas peores.

-Hazlo. Tu misma luego te darás cuenta de que torturaste a alguien inocente.

Le trajeron un destornillador para finalizar esta tortura. Se supone que después de esto si no hablaba iba a volver al lugar de antes. Pensé que todo iba bien pero me desmayé del dolor.

***

Me levanté con un dolor de cabeza terrible. Estaba en mi celda pero en otra distinta.

En la cuál habían muchas celdas por los alrededores. Con más gente dentro.

-¡Ey! ¿Alguien sabe que es esto?- chillé.

En vez de responderme decidieron reírse de mí. Si esto era como en las cárceles iba a pasármelo bien.

Estaba pasando un segurata por el lado de mi celda. Aproveché el momento.

-¿Esto es como una cárcel?

-Mas o menos.

-¿Cuanto tiempo estaré aquí? Tengo muchas preguntas. ¿Tienes tiempo?

-Estarás aquí hasta que la jefa consiga la información necesarias.

-¿Cuando se come? ¿Hay patio? ¿Lavandería o algo?

-Se come a las 14:30. Ya lo verás. El patio dura una hora con algunos deportes. La ropa se lava una vez a la semana. Los martes hay limpieza de celda, los miércoles lavandería y los jueves hacemos competiciones de deportes.

-¿Se supone que esto lo sabe alguien?- lo vi quedarse a cuadros por no entender mi pregunta.- Digo ¿Si a ojos de la sociedad esta prisión existe o es solo un simple edificio más?

-Solo un edificio. Estamos a lunes. A las 17:30 estate en el patio. Hay que comunicar algo. Cualquier cosa avísanos.

Decidí echar un ojo a algunas celdas. Es mixta ósea que más problemas de los que habían en una normal.

Algunas personas, todos hombres, me miraban como babosos. Habían jóvenes y mayores. Pero los mayores ganaban en número.

A la hora del patio las puertas se abrieron todas a la vez y la gente que antes me había mirado se acercaba a mi celda.

Profundas Verdades (2/2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora