Hoy era el día de ir al lugar "misterioso" de las misiones.
De camino me encontré con Hugo, el hermano de Angela.
-Hugo, cuanto tiempo.
-¿Ya te has perdonado con Angela? Es que si nos me corta los huevos si te hablo.
Me reí porque él siempre ha sido muy espontáneo.
-Sí sí, tranquilo.
Estuvimos un rato hablando y luego nos marchamos.
Estaba super nerviosa porque era casi de noche y la luna llena empezaba. No era una luna llena tan fuerte por eso decidieron que intentara quedarme despierta.
Cuando llamé al timbre que me dijeron que le diera nada más llegara. Me abrieron dos seguratas con pinta de narcos.
-Buenas.-dije.
Que tensión.
Luego de diez segundos llegó un chico muy simpático que me acompañó a la sala dónde estaban todos los de la última vez menos unos cuantos.
Intenté encontrar a Dalia o Alicia. Encontré a la primera mirando su móvil.
-Dalia, ya he hecho mi primera misión.- le dije señalándome el tatuaje.
Frunció el ceño y me miró de nuevo.
-¿Por qué tienes una E?
Le miré el cuello y ella tenía un número, el 1.
Me encogí de hombros y pasamos del tema. Hablamos y me contó cosas interesantes.
Como que ella fue también víctima de esto y que la secuestraron en la cárcel subterránea en la que me metieron a la fuerza. Pero que una vez fuera decidió meterse aquí porque le gustaba este trabajo.
Cuando pregunté de más ya no me iba contestando. Como si hubieran leyes que la prohibiera a contar cosas sobre esto. No quise darle importancia y me senté en un banco a pensar y esperar.
-No le des tantas vueltas. Pronto saldrás.- levanté mi vista y era Alicia con su sonrisa de chica buena.
-No es eso. Es solo que...pues tuve problemas.
-Tampoco te comas la cabeza por eso.
Asentí para que me dejara en paz, tengo ganas de estar sola. No soy estúpida ni nada por el estilo.
Cuando ya se llevaban a unos cuantos supuse que me tocaba a mi después.
-Sofia.
Me giré y eran dos guardias.
-Síguenos.
Los seguí, claro, no sin antes mirarlos de manera despreciable.
Me llevaron a una sala como la de la última misión y habían varios científicos, de nuevo sentados, en sus sillas mirando el ordenador.
-Bueno, te veo bien.
-Al grano.- le dije al chico de la última vez que acaba de aparecer por una puerta.
Con su mano me señaló una camilla y me pusieron correas para tener movilidad al cero.
-Esto se vuelve exótico.- dije con mi mente sucia.
El otro solo puso los ojos en blanco y pasó de mi comentario.
-Ahora tendrás que estarte despierta, lo más despierta posible. Y esto acabará rápido.
-Como si fuera fácil.
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Profundas Verdades (2/2)
De TodoDespués de distanciarse Sofia de su pasado se enfrentara a consecuencias para recuperar a sus amigos paso a paso. Segundo libro: Profundas Verdades.