Capítulo 36. La misión.

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¡Dalia! La enfermera de la prisión oculta.

Me acerqué a ella y vi que estaba hablándole a una chica que más tarde reconocí que era Alicia, una de las prisioneras.

-Dalia, Alicia.- las dos se giraron. Aunque se giró más gente.

-Sofia.-dijo Alicia.- Que sorpresa. No pensé que iba a verte más.

Dalia no me habló y se marchó a otro rincón a hablar con otra gente.

-¿Porque se ha ido?

-Trabaja aquí. No puede hablar con novatas.

Le pregunté algunas dudas más que tenía. Me contó que esto era como un lugar dónde retenían a aquellos que querían utilizar para misiones. Y que los "agentes", según aquí se llaman así, tratan bien a la gente.

Los entrenan y cuando cumplen la misión los liberan pero cuando la hacen mal... Y ahí se quedó callada.

-¿Que pasa si lo hacen mal?

-Los matan.

Eso no me tranquilizó pero bueno.

-¿Cuando podrá hablarme Dalia?

-Cuando cumplas tu primera misión.

-¿Cuantas son?

-Dos.

Estuvimos hablando de como nos fue fuera de la prisión y me contó que algunos prisioneros se escaparon cuando vinieron a buscarme a mi y a Dalia. Y que ella fue una de ellos.

También añadió que la secuestraron entrando a su casa como si fuera un robo y la durmieron con un pañuelo bañado en cloroformo. Igual que yo.

Nos dieron de comer puré con carne. Estaba buenísimo aunque el ambiente lo fastidiaba todo. La gente empezaba a caer rendida. Como si tuvieran falta de oxígeno.

Yo también me dormía y luego ya no me acordé de nada.

Amanecí en una clase de habitación blanca con una ventana hacia los pasillos. Alrededor se veían más puertas y gente asomándose.

En 10 minutos solo pasó un segurata que iba sacando de vez en cuando a alguna persona y no sabíamos hacia dónde se las llevaban.

Después de esperar tanto me abrió la puerta y recorrimos bastantes pasillos.

-¿Ya estamos?

No me dirigió la palabra en todo el trayecto así que me mantuve callada, pero no en mis pensamientos.

Llegamos a una sala con una mesa redonda y varios ordenadores modernos con una pantalla grande en una de las paredes.

Me senté en una silla pero el chico sin decirme nada me alzó la mano para concluir que no debía sentarme.

Al instante entraron 7 personas, se sentaron y encendieron los ordenadores.

La pantalla empezaba a iluminarse de números y fotografías extrañas.

Me giré al notar una presencia detrás mía. Exacto, había una mujer muy atractiva y con un toque de travesura en sus ojos.

-Sofia. La famosa Sofia.

Tras decir eso fue hasta una silla que había delante de la pantalla.

Hizo una señal con la mano a los que estaban sentados y de repente apareció mi cara con mis datos en grande.

-Sofia para ti tenemos una misión que se te dará muy bien. Como mañana es 1 de julio...-oh, no. Esto no iba nada bien.-...vas a pasar con nosotros una noche donde estudiaremos tu trastorno.

-Mi trastorno, no...

-Sí. Ordenes de la jefa.

Si quería salir de aquí tenía que completar dos misiones.

-¿Esto consta como una misión?

Todos asintieron así que no me negué. Total, a ver si conseguía dejar este trastorno en el pasado.

Me devolvieron a mi celda/ habitación y nos dejaron dormir.

Profundas Verdades (2/2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora