Capítulo 20. Último día.

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Me despertaron dos guardias gritando mi nombre.

Alicia ya no estaba en mi habitación. Ni sus cosas.

-¿Que? ¿Que pasa?

-Tenemos que irnos. Es tu último día.

-No, yo, no. ¿Que vais a hacer?- pregunté tartamudeando.

Me llevaron empujándome ya que me frenaba. Me encontraba delante de la misma puerta que el primer día. El cuarto de la tortura.

Me dejaron sola diez minutos cuando entró la jefa con una sonrisa triunfal.

-Ya veo que no has tenido la iniciativa de contarme vuestro plan.

-Es que yo no soy la que buscáis, joder.

-Sigues negándote.- me dijo.- Prepara la primera dosis.

Le dijo al guardia de detrás suyo que salió por la puerta y entró con una jeringuilla.

-¿¡Que vais a hacer con eso!?

-Esto te dormirá. Pero vas a sentir sus efectos secundarios.

-¿Dormir solo?

-Dormir hasta la muerte.

Ahí si me asuste. Me resistí con movimientos bruscos. Pero no sirvió de mucho.

Me inyectaron la dosis y me dolió el pinchazo lo suficiente.

Había una chica con traje de doctora que entró a la sala con algunas cosas. Me puso un algodón en el brazo para retener la sangre.

Una sirena roja se ilumino a un parte de la sala y unos pitidos retumbaron todas las celdas y salas.

-¿¡Que está pasando!? ¡Id a ver!

Entró un guardia y después de inspeccionar toda la situación procedió a decir:

-Alguien ha entrado. Están armados. Son un grupo mucho más grande que nosotros.

-Matarlos. ¡Ya!

Todos los seguratas menos dos se quedaron dentro.

Yo empecé a sentir náuseas y dolores de cabeza. Me hormigueaban las extremidades.

-Yo. No me siento. Nada bien.- dije apunto de vomitar.

Lágrimas se mezclaban con mis vomitos, que no pude reprimir echar.

La doctora me sujetó el pelo. Y me abrazo tiempo después cuando la dejaron conmigo sola.

La jefa y sus dos guardias salieron sacando sus pistolas. Y la puerta al ser insonora cuando se abrió se escucharon muchos disparos a lo lejos.

-¿Sabes lo que esta pasando?

-Nunca ha pasado esto pero me puedo imaginar que es para salvar a alguien. Aquí todos tienen grupos enemigos al nuestro.

-Espero que alguien crea que de verdad no se nada.

-Lo dudo pero puedes contarme a mí la razón del porque te encerraron aquí.

-Me secuestraron y me dijeron que si no hablaba de donde estaba mi jefa la tal "Enonimus".

Parece que le hubiera dicho algo que le afectaba porque se cerró en banda y me hizo daño cuando estaba curándome la herida que me hicieron con pinzas.

-¡Aisshh!

-Lo siento.

-¿Pasa algo? Cuando he nombrado a "Enonimus" has cambiado la cara.

-Resulta ser que yo trabajaba para ella. Pero me echaron.

-¿Porqué?

-Por salir con uno de los seguratas.

Profundas Verdades (2/2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora