57. Apuestas II

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Aviso: segunda parte de "24: Apuestas"

espero que les guste, lxs leo al final <3


Los platos, ollas, vasos y cajas de pizza se habían comenzado a acumular en la barra de tu nuevo monoambiente, llevabas días yendo al trabajo y alimentando a tu gato en modo automático. Y probablemente en más de una semana no habías comido más que agua y tostadas. Desde que lo tuyo con Cal había acabado, te habías refugiado del mundo entre las sábanas del colchón - cama que habías podido costear.

Ningún podcast, video de YouTube, serie o película era suficientemente entretenida como para callar la voz intrusiva que invadía tu cabeza a todas horas. Tu corazón estaba cayendo al vacío y tu mente era un caos de palabras donde ya te habías cansado de buscar el por qué de la situación. Sentías que el desamor te había dejado agotada emocionalmente, preguntándote qué podrías hacer para volver a sentirte suficiente.

Del abrigo de la cama apenas se asomaba tu cabeza despeinada y tu mano entumecida que sostenía con fuerza tu móvil. Mientras querías navegar por tus redes sociales,  solo te hundía aún más en tu miseria interna. Con los ojos entumecidos y las lágrimas secas en tu rostro, recibiste una notificación saltarina en la parte superior de tu pantalla.

Una persona de la que no habías oído hablar en semanas ahora quería saber de ti. Ashton preguntaba dónde estabas parando y quería saber si podría ir a verte esa tarde. Dudaste en aceptar, pero tu orgullo es mucho más fuerte. Así que, con el entusiasmo del miedo, corriste a arreglar tu vida. 

Necesitas aceptar esa invitación, necesitas asegurarte de que el mundo no se entere cuánto extrañas a Cal y que tan arruinada te había dejado saber toda la verdad. Tenías menos de cinco horas para lograr simular que tu vida no se había vuelto un caótico poso de tristeza y autocompasión.

Con cada gramo de tu voluntad acumulado en tu cuerpo, te resignaste a abrir las ventanas, el lugar se ve aún peor bajo la luz natural de la felicidad ajena. Mientras el mundo se regocijaba de su estabilidad mental entre risas y paseos, tú, tu soledad y tristeza estaban encerrados entre cuatro paredes, con el suelo asquerosamente sucio, la cama con las sábanas saltadas y ropa regada por cada rincón.

Temblando diste los primeros pasos, oler, y determinar qué tan sucia estaba la ropa. Las bolsas de basura se llenaron de fruta podrida y las nauseabundas comidas que habían perdido su forma hacía tiempo.

La limpieza profunda del lugar fue agotadora, cada superficie y cada textura manchada te había llevado su extenuante tiempo. Una vez que simulaste que el caótico tifón de emociones no había invadido tu hogar, corriste por una ducha. Allí disfrutaste del refrescante aroma a manzanilla y e jabón de jazmín. Al salir, las ventanas ya no producían aterradoras sombras, ahora iluminaban con dulzura cada espacio que la luz rozaba.

Te vistes con esas prendas que no usas hace tiempo pero que sabes que te quedan increíbles. Al enfatizar tus aspectos favoritos, cada segundo que pasaste en cama se disimula a la perfección. Rocías tu cuerpo con perfume y sales a la calle. Entre la brisa y el sol vas por flores, frutas y muchas tonterías sanas que llenen tu heladera.

Al regresar, vuelves a parecer alegre, estás sonrojada por el calor exterior, por el ejercicio y los nervios. La leve capa de sudor de tu cuello te hace sentir viva y te motiva a cocinar unas rápidas galletas y a hacer una limonada. Cada retazo de la horrible muerte de autoestima, había quedado barrida bajo la alfombra.

Temblando esperas a que la hora acordada llegue a tu reloj. En el minuto exacto en que la aguja anuncia las cinco da la tarde, Ashton, una sonrisa y una tarta de frutos, se asoman en tu entrada.

Imaginas - Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora