El pueblo olvidado

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      La suave brisa impactaba en su rostro mientras corría por la pradera. El sol no terminaba de salir y a pesar de que hacía algo de frío una fina capa de sudor adornaba su piel.
En sus audífonos sonaba una melodía enérgica que le incitaba a dar lo mejor de sí y terminar su rutina cin éxito.

Un ruido lo hizo quitar los aparatos de sus oídos para mirar a los lados y detener su marcha.

Su pecho subía y bajaba a causa del ejercicio — ¿Hola? — dijo agudizando su vista entre los árboles tratando de ver si había alguna persona o en su defecto un animal. Pero nada. No obtuvo respuesta.

Algunas veces se sentía vigilado o perseguido y no entendía el porqué...

   Llegó a su casa y se preparó para ir al consultorio. Park Jimin era un doctor prodigio de su pueblo. Al graduarse creó un pequeño lugar a donde la gente de escasos recursos pudiese ser atendida sin costo alguno. El gobierno de Estados Unidos le brindaba todo lo necesario para mantener abastecidos de medicinas los anaqueles.

A su corta edad de 25 años amaba profundamente lo que hacía: Ayudar a la gente, salvar vidas y sanar enfermos.

Vivía de forma solitaria en una casa en lo alto de una colina pero de vez en cuando viajaba hasta la ciudad. Solo que hacía todo de forma Individual y autónoma.

  Jimin se podía considerar un hombre con una belleza extraordinaria, su piel blanca contrastaba de forma maravillosa con sus ojos miel y labios rosados. Cabellera rubia como el oro y físico digno de un atleta sin llegar a ser musculoso en exceso.

A pesar de eso, no mantenía una relación con nadie, incluso jamás había tenido sexo ya que no se sentía atraído ni por mujeres ni por hombres. Llegando a pensar que era un ser asexual.

— Ya está lista, Señora Margot — terminó de colocarle la inyección a una anciana de la localidad y le brindó una hermosa sonrisa antes de obsequiarle un dulce.

— Gracias por todo, Jiminie. Eres lo mejor que le ha pasado a este lugar. Siempre estaré agradecida contigo.

— No hay nada qué agradecer, Señora Margot. Lo hago con todo el cariño, espero siga mejorando su salud.

— Gracias, hijo.

    Su trabajo lo hacía sentir lleno de vida. Tomó asiento anotando en su libreta el nombre de la paciente que había atendido y en ese momento el teléfono del consultorio sonó. Únicamente recibía llamadas cuando eran emergencias y al parecer esto lo era.

— Park Jimin al habla. ¿En qué lo puedo ayudar?

— Doctor Park, le habla Bobby Gates, soy el vocero de salud de Woods, necesito que venga urgente. Estos últimos días han muerto más de 10 personas y no sabemos el motivo, se cree que un virus se está propagando pero no tenemos doctores. El Señor Kalev falleció y estamos desesperados.

— ¿Cuáles son las causas de muerte?

— N-no lo sabemos, solo aparecen sin vida al rededor del bosque o en sus casas, tienen marcas rojas y su piel se ve grisácea.

— Eso nunca lo había escuchado, recogeré mi equipo y viajaré hasta allá.

— Por favor, dese prisa, lo necesitamos.

   Jimin quedó con un sentimiento de angustia después de la llamada. Cerró el consultorio y preparó un maletín con distintos tipos de medicamentos y utensilios médicos.

   "The Woods" era un lugar al que llamaban "El pueblo olvidado". la civilización nunca llegó y la poca gente que aún residía ahí se acostumbró a ese tipo de vida estilo nómada: alejados de todo y de todos.

IN THE WOODS (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora