Narrado por Jimin
Continuar no ha sido fácil. El rencor ha crecido cada día más en mí y siento como si no hubiese vengado la muerte de Jungkook.
Ni siquiera encontré su cuerpo herido y eso es lo que más me duele... Quería al menos verlo por última vez.
Vagué por varios lugares, buscando un punto el cual habitar pero en ninguno me sentía cómodo. Perdí el amor por todo y aunque sabía que podía camuflarme entre los humanos, no lo quise hacer por miedo a asesinar a mas personas.
Conseguí una choza abandona en Canadá. Un país lejano al mío, pensaba que mantenerme alejado de aquel lugar me haría menguar mi enojo y dolor pero eso no pasaba.
No volví a dormir en dos años... Con él me sentía en paz y eso me generaba la tranquilidad necesaria para conciliar el sueño. Por eso, aunque lo intenté mil veces sintiéndome cansado; no lo volví a lograr.
El sitio en el cual vivía era lindo: rodeado de naturaleza y muchos animales silvestres de los cuales comer.
Pensaba en acabar con mi vida a diario pero no sabía cómo hacerlo o tal vez no me atrevía ya que era un cobarde.
Extrañaba tanto a Jungkook. El dolor se intensificaba cada noche en la que no lo tenía a mi lado. Sentir su olor y su presencia, sus grandes manos tocándome y sus finos labios besándome.
Me arrodillé, llorando por él mientras sostenía su anillo y cogí un arma que estaba guardando hace mucho para clavarla en mi corazón y terminar de una buena vez con toda esta mierda.
Lo sostuve, temblando, decidido a hacerlo — Te amo, Kook... No puedo seguir sin tí — dije antes de clavar el puñal en mi pecho.
Pero el material se deshizo... Solo quedó el agarre en mi mano y el metal se volvió polvo, no entendía qué demonios pasaba ¿Ni siquiera podía morir?
Lancé la pieza de madera contra la pared, frustrado — Papá — susurré bajito sin dejar de sollozar — Si me oyes... Por favor, ayúdame. Dime qué debo hacer, me siento tan perdido y no quiero vivir más... Estos dos años sin él han sido peor que un infierno. Desearía que estuvieses aquí conmigo para hacerme compañía... Háblame.
Todo estaba en completo silencio y oscuridad pero mágicamente una venta se abrió y la luz de la luna arropó mi espalda.
Limpié mis lágrimas con el antebrazo y sorbí mi nariz.
Salí de la casa y me senté en el frente a seguir esperando. Y aunque el tiempo pasaba para mí estaba detenido.
Detenido en aquel momento en el que me fui y lo dejé...
Dos días después, me encontraba caminando por una zona montañosa, tratando de encontrar algo que me hiciera salir de la monotonía y por suerte hallé algo.
Una casa como la de madame Camile estaba en el medio de la nada: tenía los mismos amuletos y cosas que ella colocaba en su puerta. Me acerqué curioso y toqué varias veces.
Nadie salía así que decidido a irme giré sobre mis talones pero escuché el sonido de la cerradura abriéndose — Hola — su suave voz llenó mis oídos. Volteé a verla.
Era una anciana; seguro rondaba los 80 años ya que se veia muy viejecilla — Hola — saludé de vuelta con una reverencia.
Su mirada hacia mí fue curiosa, me veia con cariño — Pasa — se hizo a un lado para permitirme entrar. Algo Avergonzado lo hice y me adentré en su choza. Era parecida a la de la hechicera pero tenía muchos más objetos y amuletos — ¿Cómo te llamas? — preguntó, tomando asiento.
Imité su acción sentándome frente a ella. Las sillas tenían cojines tejidos que puedo jurar fueron hechos por la anciana y la mesa era enorme de más de dos metros y medio — Mi nombre es Jimin.
— Jimin — repitió alegre — No eres humano ¿No es así?
— No...
— Tienes un olor muy dulce y particular ¿Qué eres?
— Vampiro — dije con la frente en alto.
— Oh, eso lo sé... Pero hay algo más, no eres un simple vampiro.
— Supongo que no lo soy...
Sonrió — Dime cómo puedo ayudarte.
— Yo... No lo sé.
— Ya veo, estás perdido.
— Oh, no. Quise venir a caminar por aquí.
— No me refería a eso... Tú, todo tú, estás perdido.
Fue inevitable no tragar saliva y derramar una lágrima, la verdad es, que sí me encontraba perdido — Quiero morirme.
— ¡Estás llorando! — se sorprendió — nunca había visto un vampiro llorar, esto es algo mágico.
Se levantó para sentarse a mi lado — No me equivoqué, de verdad no eres alguien común ¿Qué es lo que te atormenta, mi niño? — acarició mi mejilla y automáticamente cerré los ojos dejándome llevar por el tacto.— Estoy buscándole sentido a seguir en esta tierra.
Ella me miró con ojos dulces y sonrió — Todos tenemos un propósito, pequeño... El tuyo está ahí, solo que no lo has querido ver.
— ¿Cómo lo hago?
— Tienes que dejar de pensar negativamente y analizar todo lo que has hecho a lo largo de tu vida ¿Es este tu lugar? ¿Aquí encontrarás respuestas?
Suspiré, sabiendo que no lo era, y negué — Este no es mi lugar.
La puerta sonó, anunciando que alguien estaba afuera — Oh, debo atender a un chico, él también es alguien especial.
Nos pusimos de pie y me acompañó a la salida — Puedes venir nuevamente mañana, estaré libre todo el día — dijo tomando mis manos y yo asentí — fue un gusto conocerte, y recuerda que en la vida somos un eclipse, tenemos un lado oscuro y otro lleno de luz, aveces estamos en el medio sin saber a dónde ir, pero siempre llega la hora en la que todo termina y solo queda un lado, el lado que nos ilumina.
Abrió la puerta y quedamos frente a frente con un muchacho pelirrojo, sus ojos eran de un amarillo puro y pude entender que también era un vampiro.
Nos miramos por unos segundos. Me despedí de la anciana y comencé a caminar hasta que sentí los pasos de alguien corriendo detrás de mí.
Volteé a ver y era él, el joven de hace unos instantes — ¿Qué quieres? — pregunté a la defensiva y se acercó a mí estirando su mano, tratando de tocarme.
Me alejé en automático — Por favor — imploró y lo miré con el ceño fruncido. Trató una vez más de acercarse nervioso y colocó dos de sus dedos sobre mi cuello.
Un dolor fuerte invadió esa zona, haciéndome quejar y vi el momento exacto en el cual sus ojos comenzaron a temblar colocándose blancos — Él te está buscando...
Gracias por leer las tkm 💜
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IN THE WOODS (KOOKMIN)
Hayran KurguPark Jimin: un doctor al que se le asigna ir a un pueblo donde están ocurriendo muertes y los habitantes temen que sea un virus. En su trayecto por el lugar descubrirá el trasfondo de todo pero también conocerá a uno de los causantes: Jeon Jungkook...