El hijo del sol y la luna

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    La reacción de Jimin al escuchar la confesión del platinado fue empujarlo fuertemente por el pecho, le asqueò por completo.

— ¿Cómo mierda te atreves a tocar mi cuerpo sin permiso? Eres un maldito enfermo — lo volvió a empujar, terminando con un golpe directo a su mandíbula.

— Perdóname — dijo tocándose el rostro.

— Vete al carajo — hizo ademán de irse pero Yoongi lo sostuvo por un brazo.

— No puedes irte, Jungkook me pidió cuidarte.

— Y lo estabas haciendo de maravilla ¿Verdad? No te me vuelvas a acercar o te juro que...

— ¿O qué?

— Juro que te voy a matar.

Odio era lo que dominaba al rubio. Se sentía cansado, aturdido y desesperado.

  Intentó volver al bosque para buscar a Jungkook pero el paso era imposible y adentrarse más en la colina solo le provocaría la muerte.

Cayó de rodillas en la arena, viendo como todo era devorado por el incendio e incluso animales salían de todos lados quemándose.

Miró su mano lastimada, detallando el anillo en su dedo anular y no pudo evitar llorar, pensando que probablemente su amado estuviese sin vida.

Un pequeño ciervo pasó por su lado tratando se huir y Jimin lo tomó para beber de su sangre y recuperar algo de energía.

Una vez culminó, comenzó a caminar buscando una salida. Debía al menos tratar de llegar a su antiguo consultorio y curar la herida infectada.

Todo estaba destruido y en llamas. Unos gritos lo alertaron — ¡Ayuda!

Reconocía esa voz... Era la voz de Taehyung.

Hoseok estaba debajo de un derrumbe y él trataba de sacarlo pero tenía un brazo herido.

El policía gritaba pidiendo socorro pero nadie se acercaba, ni siquiera un jodido lobo.

Su primer pensamiento fue ayudarlos, pero al recordar todo lo que aquellos bastardos le hicieron se arrepintió. Lo entregaron, sin importarles nada y por eso su padre había muerto.

El fuego se comenzó a extender llegando hacia ellos y pudo escuchar cuando el castaño le dijo "Lo siento" a su novio y huyó, dejándolo bajo los escombros.

Jimin negó con la cabeza y decidió salir rápido hasta que al fin llegó a la entrada de The Woods.

Ahí utilizó la teletransportación hasta su consultorio.

Las lágrimas salían solas de sus ojos mientras se despojaba de las ropas sucias para buscar algo con qué tratar su herida.

Desinfectó y limpió, para luego cocer pero se seguía viendo fatal. Así que colocó su mano, presionando, pensando en los dones de sanación que su padre le había heredado y en cuestión de minutos estaba completamente curado.

Miró el reloj en su pared, viendo que eran las 2:47am se colocó un uniforme de los que mantenía guardados en su locker y se miró en un pequeño espejo dispuesto a cazar.

Volvería por Jungkook, pero para eso, necesitaba mucha fuerza.

Limpio su rostro y manos para luego salir a caminar por las calles. Todo estaba solitario y algo en él había cambiado: sentía mucho rencor.

Un olor inundó sus fosas nasales.

Eran hormonas, una pareja estaba teniendo sexo en un parque. Los miró desde la distancia, notando como una mujer con vestido estaba sentada en las piernas de un hombre, moviéndose disimuladamente sobre su falo.

Se acercó a ellos, fijándose de que no hubiese más nadie al rededor — Buenas noches — dijo y los jóvenes rápidamente se separaron. El lugar estaba oscuro, le serviría — lo siento — se disculpó antes de tomar por el cuello a la chica y morderla.

El hombre temblaba, viendo como el rubio bebía de su novia, sin poder gesticular del miedo. Sus pantalones se mojaron ante la impresión. Jimin soltó a la joven sin vida y se limpió la boca con el antebrazo, manchando la bata blanca con líquido rojo.

El sujeto se levantó y comenzó a correr entre los árboles pero jamás sería más rápido que el híbrido.

De un momento a otro, el rubio apareció frente al hombre — Bu... — dijo antes de morderlo. Se sentía totalmente vivo y enérgico, pero sobre todo con ganas de venganza.

   El cuerpo inerte cayó y Jimin miró hacia la luna con ojos rojos puros. Teletransportándose de nuevo al pueblo para buscar a su amado.

A penas llegó, la onda de calor lo golpeó pero no le importó, empezó a caminar buscando el olor de Jungkook.

Pudo notar que el fuego había menguado en algunos lados, como por ejemplo: la colina.

Se dirigió hasta allí, encontrándose con una manada de lobos de aproximadamente quince y al parecer: eran todos los que quedaban.

Ellos se percataron de la presencia del rubio y sonrieron — Mira a quien tenemos aquí — dijo el líder — ¿Viniste porqué estás ansioso por unas pollas? — carcajearon todos — es cierto que ya no podrás usar la de Jeon pero tienes... — Jimin lo interrumpió.

— ¿Qué mierda la hiciste a Jungkook? ¿Dónde está?

— Oh... está muerto — se burló, sacando de su bolsillo la mano amputada del pelinegro justo donde tenía el anillo, y lanzándosela — Un recado.

El híbrido abrió los ojos, sintiendo todo su cuerpo temblar de ira y dolor. Se agachó a sacar el anillo y lo guardó en su bolsillo — Maldito... Hijo de puta — masculló, levantando su mano, haciendo que un gran pedazo de escombro se elevara para luego lanzarlo sobre ellos mientras gritaba.

Logró aplastar a dos y los demás se abalanzaron sobre él pero no se pudieron acercar. Jimin creó un campo de viento que los hizo retroceder.

Sus ojos cambiaron, y ahora eran blancos. Con su mente, empezó a levantar todo lo que había al rededor para acabar con ellos sin siquiera moverse de su sitio.

Los atravesaba y mataba a su paso eliminando uno por uno. Los lobos no podían moverse; Jimin los mantenía retenidos.

A algunos los lanzó hacia las zonas con fuego, viendo como se quemaban y gritaban. Hasta que solo quedó uno: Su líder.

Lo veía sorprendido — ¿Cómo puedes hacer todo eso? — trató de huir pero el rubio abrió y cerró su puño haciendo levantar el cuerpo del lobo en el aire mientras se asfixiaba.

— No te perdonaré lo que le hiciste a Jungkook.

— S-suéltame — se quejó.

Jimin miró hacia un lado y movió un pedazo de hojalata afilada — vete al infierno — dijo antes de cortarle la cabeza con el objeto. Haciendo caer su cuerpo decapitado en el piso.

Él también cayó debilitado en las ruinas, respirando pesadamente. Lo había hecho. Los había aniquilado a todos.

Sacó el anillo de su bolsillo y lloró aferrándose a él contra su pecho — Mi amor... Kook. Perdón por haber sido débil. Perdón por haberme ido en ese momento. No debí dejarte solo.
Gracias por todo lo que hiciste por mí — lloraba cada palabra — me cuidaste desde siempre y yo fui incapaz de hacer lo mismo... Lo siento, lo siento tanto.

Estuvo un largo rato sollozando, hasta que se levantó y comenzó a vagar por la colina. Todo estaba destruido y en algunas partes todavía había fuego. Se dirigió al banco de su difunto prometido y vio en la entrada el cuerpo de Jein. Estaba muerta pero no quemada; en su pecho estaba el puñal con el cual lo había amenazado ¿Qué habrá pasado con sus padres? ¿Y yoongi?...

Entrar era imposible ya que todo estaba derrumbado. Caminó un poco más hasta ver lo que quedaba de su hogar con el pelinegro y volvió a llorar, pensando en que no disfrutó nada a su lado. Se arrepentía de muchas cosas.

Pero ahora estaba solo. Perdió al amor de su vida, perdió a su padre que recién encontraba y también a sus únicos amigos.

Debía empezar de nuevo, sin nada, ni nadie.








IN THE WOODS (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora