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   No sabía qué hora de la noche era, pero Jungkook y yo estábamos en el patio de la casa entrenando mis supuestos dones.

— Debes concentrarte... Si sigues pensando que no puedes o que todo es una falacia no vas a lograr nada — me regañó.

— ¡Llevamos todo el puto día y no me he movido ni siquera a la habitación! Esa vieja nos mintió.

— No nos mintió, Jimin. ¡Concéntrate! — se puso detrás de mí cubriéndome por completo y habló muy bajo — Sé que puedes hacerlo... Si logras teletransportarte de aquí a la habitación que está a unos pocos metros prometo llevarte a mi cuarto de juegos y llenar tu lindo culo por completo ¿Quieres eso? — recostó su bulto sobre mis nalgas.

— Eso es trampa... — jadeé.

— No. No lo es. Es una táctica. Vamos... Cierra tus ojos y conecta tu energía con nuestra habitación.

Respiré profundo e hice lo que me pidió.

Cerré los ojos muy fuerte y relajé mi cuerpo; visualizando nuestro cuarto. Deseando con todas mis fuerzas moverme hasta allá.

Pero nada sucedió. No me moví del jodido sitio — No puedo.

— Está bien, lo intentaremos luego... Tal vez madame de verdad nos engañó y solo eres un híbrido común y muy débil. Me iré a duchar — dijo el hijo de puta antes de desaparecer y dejarme solo en el jardín.

Me sentí impotente y con ganas de matarlo por haberme dejado. De un momento a otro aparecí en el baño, justo donde él me esperaba sentado sobre el lavabo con una sonrisa — Sabía que funcionaría...

— ¿Lo hiciste a propósito? — pregunté acercándome, terriblemente enojado.

— Sí. La rabia también es una fuente de impulsos muy poderosa. Al irme te sentirías solo y molesto por lo cual vendrías hasta aquí. Felicitaciones, te ganaste una follada.

Me lo hizo delicioso en la tina y me sentí feliz... Mi primera teletransportación.

Después de eso, lo seguimos practicando. De la habitación al jardín, del jardín a la sala etc.

                                ~

  Estaba en el banco solo, esperando a Jungkook... Él siempre se iba a recibir y llevar un orden de las bolsas de sangre que llegaban. Yo no hacía nada.

Decidí que iría al bosque un momento a buscar el libro... Y sí, era mala idea y más a plena luz del día. Pero me importaba un carajo, la frustración de estar sin hacer nada era algo que a lo largo de mi vida había odiado con toda el alma.

Relajé mi cuerpo pensando en el lugar donde esos malditos casi me violan y funcionó. Llegué en un par de segundos.

  Mi piel brillaba levemente con los rayos solares que dejaban entrar los árboles gigantes. Me puse a buscar entre las ramas y hojas secas, el libro de Nicolás pero no lo encontraba. Joder... Era algo importante para él y para mí, soy un estúpido por perderlo.

— ¿Jimin? — escuché una voz conocida y volteé a ver.

— Hoseok...

Era él. Estaba con vida y se veía distinto.

— Casi no te reconozco — dijo con gran asombro.

— Lo sé... Cosas han pasado, me alegra tanto que estés bien.

— ¿Qué estoy bien?... no sabes por todas las mierdas que he tenido que pasar — su semblante cambió a enojado.

— Yo... Lo siento mucho.

IN THE WOODS (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora