Viejo amigo

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                Narrado por Jimin

   Desperté y lo primero que ví fueron los ojos rojos de mi hombre sobre mi cuerpo desnudo.

Estaba de pie a la orilla de la cama y su miembro estaba totalmente duro... Joder. Acabábamos de follar y ya quería de nuevo.

Lo tomó en su puño, acariciándolo y no mentiré. Me dolía el culo pero la boca se me hizo agua; me giré sobre mi espalda y me acerqué hacia él. Dejando caer la cabeza para abajo como me había enseñado y abrí la boca.

Sonrió asintiendo — Muy bien — me felicitó llevando su enorme falo hasta mis labios. Lo fué metiendo de a poco y luego de darme una pequeña bofetada empezó a embestirme la garganta de forma muy lenta — maldición... Me encantas ¿Ves como me pones? Solo estabas ahí durmiendo con tu hermoso culo usado por mí a la vista y por arte de magia se me puso dura.

Decía toda esa clase de morbosidades sosteniendo mi cabeza sin dejar de follarme la boca. Mi pene se fue endureciendo también, y es que, me excitaba mucho su voz y forma de hablarme.

Llevé una mano hasta la zona y la masajeé — Sí, házlo para mí — no debí decirle que me follara todos los días. Probablemente me dejaría inválido.

  Salió de mi garganta y me cargó, caminando por la habitación conmigo. Sacó una cremita y con sus dedos la aplicó en mi dolorida entrada — es una anestesia... Sé que te duele un poco pero esto te relajará, sentirás mucho alivio y así podré follarte una vez más.

 Joder...

Con sus largos dígitos esparció el líquido frío por mi ano mientas me tenía cargado con las piernas enroscadas en su cintura.

Mi polla dura estaba atrapada entre nuestros abdominales y sentir como masajeaba mi entrada me hacía desear tenerlo adentro de nuevo — ¿Lo vas a meter? — pregunté.

— Sí, mi amor. Pero lo haré suave para no lastimarte. Estoy muy excitado ahora — en esa misma posición presionó la cabeza de su pene contra mi cavidad y lo fue incrustando — Eso...

— Oh maldición — lloriqueé sintiendo como me llenaba. Pero ya no me dolía, esa crema sí que funcionó.

Recostó mi espalda contra una pared y empezó a mover sus caderas de atrás hacia adelante, follándome lento y delicioso.

Nuestros labios se juntaron en un beso erótico y mi falo lloroso se restregaba prisionero.

Cumplía su palabra. No estaba siendo agresivo al cogerme. Tenía mucho cuidado a la hora de adentrarse y sentía que ni siquera lo estaba poniendo por completo — Bebé — le dije sobre su boca.

— ¿Sí, mi amor?

— ¿Lo estás metiendo todo?

— No, precioso... Solo la mitad, no quiero que te duela.

Por un demonio, se sentía tan rico y solo estaba poniendo la mitad. Me importaba un carajo el dolor. Quería sentirlo más así que yo mismo moví mi culo hacia abajo, clavándome hasta el final. Su entrecejo se frunció al igual que el mío — ¡Mhg! — gemí muy alto ahora sí, lleno por completo.

— ¿Te gusta así? ¿No te duele?

— Me gusta que me duela. Cógeme duro, Kook — lo abracé por el cuello volviéndolo a besar mientras mis nalgas se movían solas buscando liberarme.

Él las agarró y apretó para luego hacerlo como tanto me gustaba.

Y nos corrimos una vez más....

Más tarde iría a visitar a papá.

Me bajé y vestí dispuesto a salir, quedando cara a cara con la hermana de Jungkook que estaba en la entrada de la casa. Me miró de mala gana cruzándose de brazos — ¿Y mi hermano?

— Se está bañando — respondí con la misma prepotencia de ella.

— ¿No te piensas ir?

— ¿No y tú?

— Eres solo un maldito humano, no perteneces aquí. Vete a tu mundo de mierda.

— No te permito que le hables así a quien pronto será mi esposo — la voz de Jungkook se hizo presente bajando por las escaleras.

Sonreí victorioso porque al fin la había pillado — ¿Esposo? — inquirió alarmada.

Kook se acercó y me tomó por la cintura — Sí, nos vamos a casar — dije feliz, mostrando la joya en mi dedo.

— ¡No puedes hacer eso!

— ¿Por qué? — preguntó mi hombre.

— ¡No es un vampiro real! ¡Va contra nuestras reglas!

— Te equivocas... Jimin es incluso más real que tú y yo.

— ¡No digas mierdas, Jungkook... Le diré a papá y mamá!

— ¿Cuántos años tienes? ¿10? — pregunté fastidiado de su actitud.

Ella miró a su hermano, negó y se fué.

Solté el aire que tenía retenido — Lo siento mucho.

— ¿Puedo saber porqué me odia?

— Ella está frustrada desde que no pudo estar con Nicolás... La verdad no sé qué pasó entre ellos que terminaron en malos términos. Cuando yo te traje y ella supo que eras humano hace solo unos días, se molestó muchísimo.

— Por eso te pidió hablar a solas.

— Sí, lo que pasa es, que habíamos hecho una promesa de no traer humanos a nuestra familia. Pero yo me enamoré de tí. De todos modos no es lo mismo porque tú eres un ser especial — me dió un beso — no le hagas caso. Está amargada.

Decidí decirle la verdad — Kook... Ese día que me presentaste a tu familia; tu madre también me trató igual.

— ¿Ella hizo eso? — cambió totalmente de humor. Ahora se veía de verdad enfadado.

¿Debería decirle lo de Yoongi? Me daba miedo...

— Supongo que solo te quiere cuidar — la excusé tratando de que no fuese a reclamarle nada por mi culpa.

— Ve a ver a Nicolás. Yo tengo algunas cosas que resolver ¿Sí? — pidió besando mi frente y yo asentí dudoso — Te amo — me dijo antes de desaparecer.

Me quedé con un sentimiento raro en el cuerpo. Un rato más tarde comí algo en el bosque y fuí a ver a mi padre.

Pero al llegar no estaba por ningún lado.

La puerta de la entrada se abrió dejándome ver un rostro que hace mucho no veía, sonriendo tétricamente — ¿Buscabas a  alguien?










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IN THE WOODS (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora