Perdóname

3.8K 569 98
                                    

          Narrado por Jungkook

    Hacer algo como lo que tenía pensado jamás se me habría pasado por la cabeza. Pero sé que Jimin se sentía engañado por la forma en la que lo hice venir aquí.

Nunca he sabido nada de amor, he estado de aquí para allá, compartiendo sexo con personas desconocidas para mí; hasta que él, se volvió mi vida entera.

Cuidarlo, conocer sus gustos, sus rutinas. Desearlo en silencio y ver cómo se convertía en un adulto hermoso. Un hombre sumamente erótico y perfecto.

Que aparte de ser tan bello por fuera también tenía un corazón muy puro. Ayudaba a las personas con su salud, sin cobrar ni un solo centavo. Y lo hacía con una sonrisa en su rostro. Corría todas las mañanas y el viento peinaba su lindo cabello, volviéndose parte del paisaje.

Me encargué de hacerlo venir, pero fallé en la tarea de hacerlo que se enamorara de mí. Solo hice que me deseara; y es que eso era algo que me estaba volviendo loco. Lo deseaba como un desquiciado. Quería tanto tocar su piel y hacerlo mío que contenerme la primera vez que sus ojos me miraron fue un tarea casi imposible.

Pero ahora lo tenía. Ahora estaba marcado por mí y no podía darme el lujo de perderlo. Así que sin saber nada de lo que es el romanticismo le preparé un detalle para expresarle que de verdad lo amo.

Mandé a retirar a todo el personal de la mansión. Buscando tener la mayor privacidad posible. Coloqué velas encendidas en toda la entrada, para darle un toque cálido y esparcí algunas flores que conseguí.

Sé que a él le gustan estas cosas porque lo ví más de una vez prender velitas en su sala y adornar con tulipanes, girasoles y rosas las esquinas.

Estaba nervioso... Demasiado diría yo pero espero que acepte venir y entienda que todo lo que hice fue por él. Por mi amistad con Jinhyung y mi respeto por Nicolás. Callarme todo fue difícil pero Jimin debía conocer su origen de a poco.

Me vestí con un traje que nunca había usado. Y esta vez no fui todo de negro. Sino que usé una camisa de vestir roja por dentro de mi saco. Para verme un tanto diferente.

Sin embargo, aquí no era donde íbamos a estar. Preparé otro lugar más especial...

   Las 12 de la noche se hicieron y con mis brazos detrás de la espalda, esperé en la entrada a qué llegara.

Pasó una hora y seguía sin moverme. Rogando que por favor viniese.

Miles de cosas pasaron por mi mente, entre ellas que ya no quería estar conmigo.

A las 2am apareció frente a mí.

Su pecho subía y bajaba rápido — Hola — dijo muy bajo.

— Hola — extendí mi mano y se la ofrecí. La tomó y entramos a la casa — sobre la cama te dejé algo, por favor, úsalo y baja.

Jimin subió a la habitación y 20 minutos después lo ví descender por las escaleras.

Llevaba una camisa blanca junto a unos pantalones del mismo color. Y su cuello lucía una hermosa gargantilla de oro con un rubí en el centro. Lo compré para él y se veía como un ángel.

No importa que los vampiros debamos usar siempre negro, el blanco en él representa la pureza de su corazón, y combina con su divina piel de porcelana y cabello rubio brillante.

Joder, lo amo demasiado.

Sonrió tímido al llegar a mí — No puedo dejar a Nicolás mucho tiempo solito — dijo — pero está muy lindo lo que hiciste con las velas en la entrada y en la habitación. Me gustó. Y tú te ves muy guapo con rojo.

Le dí un beso en los nudillos — ¿Me acompañas?

— ¿A dónde?

  Nos transporté a un sitio al que me gustaba ir hace muchos años. Era un lugar escondido al final del pueblo. Rodeado de árboles y rocas gigantes que en el centro tenía una laguna cristalina.

Sus ojos se abrieron al ver tan precioso paisaje — Antes venía aquí para pensar... Era mi lugar secreto. El cual hoy quiero compartir contigo y decirle adiós a todos los secretos que puedan haber entre nosotros, al menos de mi parte.

Nos sentamos en una roca bajo la luz de la luna y recostó su cabeza en mi hombro, no decía nada... Se notaba que estaba asustado y nervioso.

— Mientras te cuidaba; muchas veces pensé en abandonar. No seguir gastando energía en viajar a la ciudad y renunciar a mi promesa. Pero al verte, todo eso se me olvidaba. Estuve cuando te graduaste como médico y estuve cuando tus padres adoptivos cumplieron con su cometido aquí en la tierra. Y cada uno de esos momentos deseé poder abrazarte y decirte lo fuerte que eres y lo orgulloso que he estado de tí desde siempre. Lamento mucho no haberte enamorado como lo merecías y también mentirte para que vinieras...

Tomé su rostro y lo hice mirarme a los ojos. Los suyos estaban muy brillantes y mordía su labio con el ceño fruncido — Lo cierto de todo, es que te amo y si mi cuerpo tuviese un alma estoy seguro de que también te amase. Estoy enamorado de cada parte y de cada versión de ti; humano, vampiro. Doctor, novio... Todo en ti es perfecto.

Se escondió en mi pecho y sentí sus espasmos. Estaba llorando, últimamente lo hacía con más facilidad y eso me llenaba de calidez — Y-yo también te amo — dijo abrazándome por la cintura — estaba molesto porque no entendía todo lo que habías hecho por mí durante tanto tiempo pero ahora sé que me has cuidado siempre y eso lo agradezco. Perdóname por ser tan inmaduro, es solo qué... Todo esto es nuevo para mí.

Levanté su carita y le besé los ojos — Lo entiendo perfectamente. No ha debido ser fácil para ti. Pero siempre voy a estar a tu lado, cuidándote y viéndote crecer como hasta ahora. Ya no eres un humano, pero tampoco eres un vampiro... Bebé, eres un ser superior. Incluso superior a mí, eres mágico y único, perdóname si te sentiste engañado y permíteme enamorarte como se debe.

Se impulsó hacia adelante y me besó. Me besó con anhelo y necesidad hasta separarnos por falta de aire.

— Hay algo más que quiero hacer — le dije y sonrió con las mejillas completamente rojas.

Esta vez nos transporté a otro sitio. Miró todo con emoción y me abrazó para volver a llorar — Mi casita... — dijo con dificultad.

Llené su antiguo hogar con velas y flores por todos lados.

Volvió a besarme — Te amo — dijo en medio del beso.

— Aquí hicimos el amor por primera vez... Quiero repetirlo, pero esta vez no pedirte que seas mío. Sino que seamos nuestros — me arrodillé y saqué un anillo que hacía juego con su collar — quiero pedirte que seas mi esposo, y que más allá del pacto de sangre que tenemos; también compartamos anillos que simbolicen nuestro amor.

   Se arrodilló conmigo y me besó — Sí quiero — aceptó y coloqué la joya en su dedo para luego sacar el mío y que él me lo pusiera — ahora házme el amor — pidió abriendo los botones de su camisa.








Próximo cap, usen condón en los ojos pa que no queden preñades jajajajajajaj.

IN THE WOODS (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora