Marcy Wu era una prodigio con la música pero una que estaba enfrentando el pánico escénico. Sasha Waybright es una adolescente mimada, linda y con gran fama que acaba de mudarse a una pequeña ciudad.
El camino de ambas va a coincidir cuando Sasha e...
“Eres una prodigio, no dejes que te quiten ese título.”
Marcy Wu era una prodigio,las palabras dichas por su madre no eran mentira. Sin embargo, tras eso poseía un gran pánico escénico.
Tiene 16 años, no es muy buena socializando y mucho menos tocando frente a la multitud. Es una joven baja e introvertida, a menudo se encierra en su cuarto y prefiere practicar sola.
Comenzó a tocar varios instrumentos cuando tenía 6 años, realmente era buena manejando estos, solo uno pudo marcar de manera significativa su vida. En su cumpleaños número 8 su abuela a quien amaba mucho le regaló un violín. Al inicio no era muy buena, pero no sé rendiría, se esforzó demasiado para llegar a dominarlo por completo cautivando el oído de sus padres. Orgullosos la metieron a practicar más y más hasta tener un reconocimiento enorme.
Fue criada en un lugar tranquilo, con el amor de sus padres, sin embargo esto no duraría..
Marcy era torpe y despistada por naturaleza, se le obligó a ser aplicada y fiel a lo que hacía, ella no quería eso, quería seguir su naturaleza, ser espontánea con su trabajo, su abuela solía apoyar esto, lastima que los demás no lo hacían.
La vida da demasiadas vueltas y la vida tenía planes para ella.
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“¿No puedo evitar esto?” mire a todos los invitados a mi alrededor. Mamá nuevamente pone ese semblante serio que tanto me aterra.
“¡No! No puedes, sé una niña buena, cariño” comienza a jugar con mi cabello tirando de ellos ocasionalmente.
Me limito a gemir de dolor cada que lo hace. “Ya entendí, lo debo hacer.” sonrio con lagrimas en los ojos.
Ella se aparta y va a dónde los demás, me dirijo al escenario. De inmediato todos los ojos se ponen sobre mi, mis manos comienzan a temblar, quiero llorar, no puedo hacerlo, mamá me matará si me muestro débil.
Miro el violín, respiro hondo y comienzo, puedo escuchar un sonido de una llamada “Que no te desconcentren.” pienso. Mientras más avanzo en la melodía cierro los ojos y puedo ver imágenes. La primera es un campo, con muchas flores, un sombrero, pude reconocerlo, es el sombrero que siempre llevaba la abuela cuando salíamos al parque. Logro ver qué el sombrero está en otra parte “¿Una silla?” el ambiente se vuelve pesado, una camilla, ahora hay una camilla y finalmente quien está ahí es mi abuela.
“Has sido un ángel para mi vida, gracias. Es hora de que vayas abriendo paso en tu camino..” ella extiende su mano y despeina mi cabello. Solo ha sido una imagen ¿Verdad? La abuela no está muerta, ella vive, sigue en el hospital, el doctor dijo que estaría bien, si el lo dijo está bien. Ella me prometió volver, ella nunca falla a su palabra.
Puedo escuchar un desgarrador llanto, no es el mío, no es el de un invitado cualquiera. Es de mamá.
Paro. Abro mis ojos, puedo observar a la gente consolando a mamá. Bajo del escenario y me dirijo con ella. “¿Pasa algo? ¿Es algo malo?“ pregunto alarmada.
“Ella...tu abuela...murió.” escucho entre su voz quebrada.
Mi mente se bloquea, no es cierto, están jugandome una broma. Agarro con fuerza el violín, mis lágrimas comienzan a correr, arrodillada frente a mamá solo puedo cubrir mi cara.
“La abuela es una mentirosa, me mintió, dijo que volvería.”
