Alyssa se encontraba tranquilamente en el jardín de la casa de los Sterling y es que Amelia había subido a acostar a John. Mientras leía se percató de que alguien había salido a su encuentro y no era su hermana.
—Buenas tardes. —La saludó el señor Sterling.
—Hola, Amelia está arriba.
—Lo sé, me lo han dicho. He venido a verla a usted.
— ¿Cómo sabía que estaba aquí?
—Mi hermano me lo dijo en el baile. —Le respondió mientras se encogía de hombros.
—Ah. —Fue lo único que se le ocurrió decir a la joven.
James se quedó callado mirando los alrededores.
—Bueno, ¿qué quería decirme? —Le preguntó la joven algo impaciente. Y es que seguía algo molesta.
El señor Sterling soltó un suspiró.
—Quería disculparme por no haber ido a verla la semana pasada.
—No me debe nada, aunque una nota o carta hubiera sido un detalle. —Le contestó fríamente la joven.
—Lo sé. Por eso he venido.
—De acuerdo. Gracias.
Se hizo el silencio de nuevo. La pareja se preguntó en qué momento habían pasado de tener plena confianza a aquello. Y todo por una semana. Una semana en la que a James le habían apresado las dudas y ahora parecía que todo se había fastidiado.
— ¿Qué tal se lo está pasando con su hermana? —Preguntó el joven intentando romper aquel silencio que inundaba la situación.
—Muy bien. Hacía bastante tiempo que no pasábamos un rato a solas, las dos. Es cierto que el otro día vine, pero estaba Gilbert. Ahora es como si la tuviera sola para mí. —Le dijo sonriente. La sonrisa era algo más cálida.
—Me alegro. Mi hermano y mi madre han ido hoy a su casa de visita.
— ¡Qué bien! Mi madre y Addison deben de estar muy contentas. Si no recuerdo mal, hoy la señorita y el señor Rosewood tenían la intención de salir a visitar a unos amigos.
—Creo recordar que mi hermano quería aprovechar para ver a la señorita Rosewood. —Explicó el joven mientras se tocaba la barbilla con la mano derecha—. Me contó que su hermana le dijo que había preguntado por él.
—Sí, yo estaba allí. Fue un poco extraño ya que no sabíamos los motivos de vuestra ausencia. —La muchacha susurró—. Ni ahora lo sabemos.
El joven hizo como si no la escuchara pero realmente sí que lo había hecho.
—Bueno, al menos ahora la señorita Rosewood sabrá que mi hermano fue también con la intención de visitarla.
Alyssa asintió con la cabeza y se hizo el silencio de nuevo. La joven estaba comenzando a odiar todo aquello. Quería saber qué era lo que había pasado para que de buenas a primeras los dos señores Sterling desaparecieran. En verdad, pensó, que Steven no fuera le daba un poco igual, al fin y al cabo él tenía más relación con su hermana y con Marianne, lo que no sabía era por qué James no había ido.
— ¿Cuál fue el motivo por el que no vino la semana pasada? —Se lanzó a preguntar—. Porque yo pensaba que se lo estaba pasando bien en el estudio. Que el otro día, con las cometas, pasamos un buen rato. Quiero creer que estuvo ocupado y que no tuvo tiempo. Si le he hecho sentirse incómodo, si le ha molestado algo que yo le haya hecho o dicho, lo siento.
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Por culpa de un cuadro y un piano
Historical FictionHa pasado un año desde que Amelia y Rose se casaron. Un año en el que felices, por fin han comenzado a vivir con sus respectivas parejas, acompañadas de sus dos hijos, maridos y perros. Pero para los hermanos de éstas, las cosas siguen igual que al...