Había pasado un día desde que nuestras dos parejas se habían prometido. En dos días se casarían James y Alyssa, ya que debido a lo que la joven gritó en casa de su hermana, no podían demorar más la boda. Anthony no sabía nada porque entre todos se habían puesto de acuerdo para mantenerlo en la ignorancia, aunque los duelos ya no estaban permitidos no querían arriesgarse a que el duque cometiera alguna imprudencia.
Por el contrario, a la semana siguiente se casarían Addison y Steven ya que nadie, a excepción de quizás la mediana de las Lockwood, sabía lo que había sucedido entre ambos. Y digo quizás porque la joven no ha desmentido ni confirmado nada a pesar de la insistencia de las otras mujeres Sterling y Lockwood.
Del señor Stark no se sabía nada y la pobre señorita Rosewood no sabía qué más hacer. William había decidido que después de las bodas volverían al norte. Se había planteado irse al día siguiente pero no le parecía correcto perdérselas después de haberse quedado durante tanto tiempo con las Lockwood.
Era el último baile de la temporada a la que nuestras dos parejas y sus dos invitados acudirían. Irían porque ya habían confirmado su asistencia desde hacía bastante tiempo, por suerte ya no tendrían que asistir a más. Y es que el compromiso era la excusa perfecta para desaparecer durante un tiempo y centrarse en su pareja, sin tener que acudir a eventos sociales.
Addison y Alyssa se encontraban en la habitación de esta última sentadas en la cama charlando y es que ya estaban listas pero los demás habitantes de la casa no.
—Aly, en dos días te casas ¿Estás nerviosa?
—La verdad es que no. Me ha costado demasiado llegar a este punto como para siquiera dudar. —Le contestó la joven mientras se miraba su anillo de compromiso.
— ¿Y no tienes dudas por si acaso...?
Alyssa levantó la mirada para intentar saber a que se estaba refiriendo. Después de mirarla durante un buen rato se quedó pensando:
—Sinceramente no lo creo. Pero si fuera el caso, que lo dudo, en dos días nos casamos por lo que no habría escándalo. Sería como si hubiera pasado en la noche de bodas.
—A mí me da un poco de reparo.
— ¿Por qué?
—Si sucediera tan pronto... Es como si no te diera a conocer del todo a la persona cuando ya hay un bebé por medio.
—Bueno... puede ser. Pero tienes nueve meses hasta entonces. Además mira a nuestros hermanos, Amelia y Rose se quedaron embarazadas muy pronto.
—Sobre todo Rose.
—Exacto y no parece que les haya impedido nada ni que hayan descubierto nada que les repulse ni mucho menos. Si entre las dos personas hay amor, yo creo que no importa. Entiendo lo que dices pero no creo que deberíamos preocuparnos por ello. Si viene un bebé será una bendición. —Alyssa le cogió la mano a su hermana.
Addison le sonrió pero miró hacia abajo, concretamente en el dedo que contenía su anillo de compromiso. La verdad es que los dos señores Sterling se dieron bastante prisa en oficializar el compromiso, aunque teniendo en cuenta quién era su cuñado, era lo menos que podían hacer.
En aquel momento entró Seraphina en la habitación sonriente.
— ¿Listas?
Las dos hermanas asintieron y se levantaron.
—Hoy es el último baile al que acudiréis teniendo vuestros apellidos de nacimiento. Después de la boda, seréis las señoras Sterling.
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Por culpa de un cuadro y un piano
Historical FictionHa pasado un año desde que Amelia y Rose se casaron. Un año en el que felices, por fin han comenzado a vivir con sus respectivas parejas, acompañadas de sus dos hijos, maridos y perros. Pero para los hermanos de éstas, las cosas siguen igual que al...