Pasaron varios días y nuestros protagonistas seguían igual que antes. Las dos madres junto con Amelia y Rose estaban bastante preocupadas pero decidieron que no iban a intervenir hasta que vieran algún detonante. Y sucedió. Pasados unos días, de nuevo hubo un baile y nuestras dos familias acudieron. Nuestros cuatro protagonistas no tenían ninguna gana pero sabían que no podían faltar. Así que fueron.
Alyssa fue a buscar a su hermana a su dormitorio y vio cómo la joven se miraba en el espejo. Esta última llevaba un vestido color verde menta mientras que su hermana mayor uno de color anaranjado. Las dos lucían bastante tristes.
—No podemos seguir así. —Le dijo la mayor a la pequeña.
—Lo sé. Aún no me has contado qué ha sucedido.
—Ni tú a mí. Pero ya lo hablaremos otro día. —Alyssa intentó sonreír para animar a su hermana—. Hoy tenemos que pasárnoslo bien y bailar.
—Bailar mucho.
—Exacto, que seguro que el señor Rosewood te saca a la pista nada más llegar.
—No lo creo...
— ¡Si te ha estado buscando todos estos días! El pobre intentaba entablar una conversación contigo.
—Por eso, seguro que ya ha desistido.
—Si lo ha hecho, él se lo pierde. Venga, vamos, seguro que madre nos está esperando abajo.
Alyssa cogió de la mano a su hermana y bajaron las escaleras. Efectivamente, los otros tres convivientes se encontraban allí esperándolas.
— ¡Por fin! —Exclamó su madre nada más verlas.
—Perdón, hemos tenido un ligero problema. —Se disculpó Alyssa sonriente.
Las dos hermanas se dedicaron durante todo el trayecto a fingir que estaban bien cuando no lo estaban. Y durante el baile hicieron lo mismo. Sonreían continuamente y cuando cruzaban la mirada con alguno de los dos hermanos Sterling, los implicados la apartaban continuamente.
Addison bailó con el señor Rosewood mientras que su hermana bailó con el señor Westwick. James y Steven habían desaparecido, ni siquiera se habían dignado a saludar a Lady Lockwood que se encontraba charlando con Amelia, Rose, Anthony, Gilbert y Lady Sterling.
—Pero, ¿qué les pasa a estos cuatro? —Preguntó Gilbert frunciendo el ceño.
—Ni idea. Creo que discutieron el otro día cuando James vino a casa. —Dijo Amelia.
—Y cuando Steven vino a la nuestra seguramente también lo hizo con Addison. —Explicó Seraphina.
Anthony le lanzó una mirada preocupado a su mujer mientras que la mirada que Gilbert le hizo a Amelia era más de sorpresa que de preocupación.
—Creo que me he perdido algo. —Dijo el conde.
— ¿Tú solo? Yo me acabo de enterar de que tu hermano fue a buscar a mi hermana a casa de tu mujer.
—No sé si deberías preocuparte solo por James, mira al señor Rosewood con tu hermana. —Le espetó Gilbert.
En aquel momento Anthony miró la forma en la que William se encontraba tocando la mano de Addison.
—Es inofensivo. —El duque intentó sonar convencido pero no dio resultado.
Seraphina y Amelia se lanzaron una mirada.
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Por culpa de un cuadro y un piano
Historical FictionHa pasado un año desde que Amelia y Rose se casaron. Un año en el que felices, por fin han comenzado a vivir con sus respectivas parejas, acompañadas de sus dos hijos, maridos y perros. Pero para los hermanos de éstas, las cosas siguen igual que al...