Después de la comida del día siguiente, Alyssa se dirigió al estudio a pintar un rato y es que sabía que a la tarde vendrían los Sterling de visita y quería aprovechar el tiempo antes de que llegaran.
Por el otro lado, Addison se fue al jardín junto con los hermanos Rosewood a charlar un rato y es que el tiempo estaba espectacular. La joven se sentó en uno de los asientos, cerró los ojos e inclinó la cabeza con la intención de que el sol le diera un poco de su calor en la cara.
—Podría quedarme así todo el día. —Comentó.
—Yo también. —Dijo Marianne mientras imitaba a su amiga.
El hermano de ésta se quedó mirando durante unos segundos a las dos muchachas, se encogió de hombros y decidió que era un buen momento para leer un rato.
—Vuestra madre nos ha dicho que tendremos visita hoy. —Habló la señorita Rosewood.
—Sí, la señora Sterling y sus dos hijos, James y Steven.
—Es la madre de la mujer de Anthony, ¿no? —Quiso saber William.
—Sí, y la madre del marido de Amelia también.
—Vaya. —Murmuró el joven.
—Lo sé. Todo se queda en familia. —Dijo sonriente la señorita Lockwood.
—Pues sí. Pero es un tanto extraño, ¿no te parece? —Le preguntó Marianne a su amiga.
—Bueno, no sé qué decirte. Cosas más raras he escuchado, la verdad. Hay algunas familias que son todos los hermanos de una familia con todas las hermanas de la otra, hermanastros que se casan, primos que se casan entre ellos... El amor se puede encontrar en cualquier momento y de la forma más inesperada.
—Supongo, aunque en algunos de los ejemplos que has dicho, dudo que sea solo por amor.
—Puede ser, pero lo que quiero decir, es que al final uno nunca sabe dónde encontrará a aquella persona como tampoco sabe quién será. La puedes llevar conociendo toda tu vida y no darte cuenta hasta mucho tiempo más tarde.
—Como en el caso de tus hermanos. —Puntualizó Marianne.
—Como en el caso de mis hermanos. —Repitió Addison.
Siguieron charlando un rato más hasta que finalmente aparecieron los invitados junto a su madre en el jardín.
— ¿Por qué no nos quedamos aquí? —Preguntó Seraphina a los Sterling mientras andaban en la dirección donde los demás estaban.
—Hace un día fantástico, sería una pena desaprovecharlo dentro. —Reiteró Josephine.
Los dos hermanos Sterling seguían a las dos señoras hacia donde se encontraban Marianne, William y Addison. Automáticamente, Steven quedó estupefacto ante la belleza de la joven Rosewood y es que el sol le daba cierto brillo a su cabello.
Tan rápido como llegaron, iniciaron las presentaciones y es que los Sterling no conocían a los Rosewood. Eso se debía a que a pesar de ser íntimos de los Lockwood, por lo general, eran éstos los que habían ido a visitar a la familia de los dos hermanos y no al contrario.
Steven se sentó en frente de las dos jovencitas, al lado estaba su hermano. Aunque James, al contrario que éste, no parecía tan interesado en Marianne. Sí, era muy guapa, pero no la atraía en absoluto. Al ver la reacción del otro señor Sterling, se dio cuenta de que a él sí que le había gustado la joven, por lo que probablemente su madre había cumplido uno de sus cometidos. Aún era pronto para todo ello, pero nunca se sabe.
— ¿Dónde está Alyssa? —Quiso saber Josephine cuando se dio cuenta de que la mediana de las hermanas Lockwood no estaba presente.
—Seguro que ha ido al estudio. Addison, ¿por qué no vas a buscarla?
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Por culpa de un cuadro y un piano
Ficción históricaHa pasado un año desde que Amelia y Rose se casaron. Un año en el que felices, por fin han comenzado a vivir con sus respectivas parejas, acompañadas de sus dos hijos, maridos y perros. Pero para los hermanos de éstas, las cosas siguen igual que al...