Las dos hermanas Lockwood estaban destrozadas. Por un lado, Addison acababa de presenciar cómo su futuro se le iba de las manos. Su ilusión por que la reconocieran como compositora, después de aquella pieza junto a Steven, se la acababan de arrebatar. Y encima había sido la misma persona con la que la había creado. Y lo peor no era solo eso sino que encima, le había expresado el por qué lo necesitaba y le había dado igual. Y todo por el miedo. Miedo a que a los demás no le gustara, miedo a que lo ridiculizaran. La joven movía la cabeza, si lo hacían juntos serían como un equipo, el ridículo lo harían los dos, pero es que Addison tenía tan claro que eso no pasaría, la muchacha lanzó un pequeño grito. Pero lo peor no era eso, lo peor era su impotencia por necesitarlo a él. Sobre todo al principio. Quizás, quizás si llegaban a tocarla en algún recital y comenzaban a tener renombre, entonces ya no le haría falta que su nombre estuviera junto al suyo. Pero ahora lo necesitaba, y a él le daba igual. Cogió el cojín del sofá y se tapó la cara con él.
Alyssa, ya había vuelto a su casa dejando a la pobre Amelia preocupada. Y es que apenas habían hablado después de la visita de James. La joven no entendía cómo el muchacho podía haberle hecho aquello. Le había expresado sus sentimientos y ella se los había correspondido y en vez de intentarlo, se había echado atrás. Así, de repente. No entendía entonces para qué le había contado nada ¿Qué sentido tenía haberle dicho todo aquello para después decirle que no? No tenía sentido. Alguien le había roto el corazón y parecía que le había marcado tanto como para no querer ni siquiera intentarlo.
Seraphina veía a sus hijas y estaba bastante preocupada. Sabía que algo había pasado entre los hermanos Sterling y sus hijas. Primero, porque había presenciado el enfrentamiento entre Steven y Addison, y segundo, porque Amelia le había escrito informándole que algo había pasado entre James y Alyssa, que los había visto tener como una especie de discusión.
En el centro de la ciudad, cada uno de los hermanos se encontraba en su casa. No habían querido hablar con nadie ni salir a tomar el aire. Steven sabía que su madre querría saber por qué no quería que la gente conociera sus piezas, porque a diferencia de James, él no había ni siquiera comenzado a mostrarlo. El mediano de los Sterling, a raíz de sus encuentros con Alyssa, se había visto con la fortaleza para que coleccionistas comenzaran a conocer sus obras y así labrarse un futuro y no depender de su hermano mayor. Pero para él, su caso era diferente. No es lo mismo que a la gente le gustara o no un cuadro en una exposición con numerosas piezas, a que fueran a un recital o a una obra y que te abuchearan. Y aunque rara vez sucedía, había pasado y le aterraba. Sabía que no debía sentirse así, si él estaba contento con el resultado, no debería importarle la opinión de los demás y además, la cara de ilusión de Addison... movió la cabeza tratando de borrarla. Lo ilusionada que había estado y como él le había arruinado todo aquello por culpa de sus miedos.
James, por el otro lado, intentaba pintar un cuadro que había empezado hacía unos días pero no le era posible. Solo sabía equivocarse o si no se equivocaba, el resultado no le convencía. Y es que el joven no paraba de darle vueltas a aquella conversación con Alyssa. En un principio no quería haberle dicho nada de sus sentimientos, no quería que ella lo supiera, pero insistió tanto que sabía que tenía que decirle algo. Y pensaba que una vez se lo dijera, todo iría bien, que dejaría sus miedos a un lado, pero cuando lo iba a hacer, de repente el "no" le vino primero. Y ya no supo arreglarlo, solo fastidiarlo más y más. Quería gritar pero no lo hizo, sino que cogió el lienzo y lo rompió por la mitad. No merecía la pena ni siquiera arreglar el cuadro. Y arreglar la situación ni siquiera sabía si se podría.
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Por culpa de un cuadro y un piano
Historical FictionHa pasado un año desde que Amelia y Rose se casaron. Un año en el que felices, por fin han comenzado a vivir con sus respectivas parejas, acompañadas de sus dos hijos, maridos y perros. Pero para los hermanos de éstas, las cosas siguen igual que al...