Capítulo II: Sin ataduras.

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[Editado]✔

Emily Walton;

Pose perfecta, andar perfecto, sonrisa de ensueño, cuerpo bien formado naturalmente. Rizos rubios que llegan hasta el final de la espalda, hipnóticos ojos azules. Elegancia, carisma y una increíble personalidad. Esas son mis características, al menos como me describe la prensa desde que tengo memoria. Toda mi vida me he dedicado al modelaje. No negaré que me gusta sentir el ruido de los flashes a mi alrededor, y saber que millones de personas aman mi trabajo. Me esfuerzo por ello y por cada cosa que me propongo en la vida.

—¡Emily! —Me levanto de la silla y observo en todas las direcciones. ¿De dónde viene semejante grito? Casi quedo sorda, la única persona capaz de gritar de esa manera en mi casa sin ser reprendida por mi tía o la servidumbre es Lia Koch, como si hubiera escuchado mis pensamientos su imponente figura camina hacia mí, caminar no sería la palabra correcta, más bien: corre.

—¡Te extrañé! —Grita eufórica, sus brazos me rodean en un abrazo que impide que el aire llegue a mis pulmones.

Entiendo que no nos veamos hace cuatro meses, sin embargo, sigo considerando que es una maldita dramática. Resido la mayoría del tiempo en New York, pero mi trabajo me exige que viaje constantemente. Lia es una excelente modelo y hemos compartido pasarela infinidades de veces. Es una pena que decidiera rechazar el contrato millonario que nos ofrecieron por quedarse junto a su prometido. Me enfurecí enormemente con ella, el hecho de estar con un hombre no te impide crecer profesionalmente. Al final terminó dándome la razón cuando su relación acabó gracias a que el muy imbécil le puso el cuerno con su prima. Fue todo un espectáculo, salió en las revistas y las noticias. Se separa de mí, permitiéndome respirar como una persona normal. Le regalo una sonrisa de boca cerrada y vuelvo a sentarme en la cómoda silla.

—¿El motivo de tu mal humor es que cumplirás veintitrés y todavía no conoces lo que es tener sexo, o no te agrada mi presencia? —Cuestiona y ruedo los ojos. Conozco a Lia desde lo diez y no me equivoco al decir que jamás tendré una amiga como ella. Puede que sea fría, sarcástica y que tenga un carácter de los mil demonios, aun así, la adoro. Conmigo es diferente, cuando éramos pequeñas no solía ser así, supongo que han sido demasiados golpes y decepciones. Me levanto de la silla y rodeo su delgado cuerpo con mis brazos.

—Yo también te extrañé, dramática de mierda. —Comienza a reír como foca retrasada por mis palabras. Limpia varias lágrimas que bajan por sus mejillas. Hoy participaremos en un desfile por petición especial de Karina
Lagerfeld, desde hace varios años conocemos a la joven empresaria. Me siento orgullosa de poder considerarme amiga de alguien que llevó hasta la cima el patrimonio que heredó de sus padres. —¿Lista para tu regreso a la pasarela? —Pregunto y asiente con una sonrisa. Ser modelo no es simplemente caminar sobre una pasarela, tener un maquillaje perfecto, tampoco el mejor vestido de una colección. Ser modelo implica sacrificio, disciplina, amor por lo que haces y entrega.

—Claro que sí, esos tiempos en los que solía llorar por capullos que solo piensan con el pene ya pasaron. —Refuta y me es imposible no reír abiertamente. Lia no tiene limitaciones al hablar, mucho menos al expresar lo que siente o piensa.

Caminamos hasta mi habitación, le entrego los regalos que le compré en Rusia y los abre como niña pequeña. El osito de felpa hace que se le cristalicen los ojos. Maldigo internamente por no haber apartado el maldito oso. Hace cuatro meses mi mejor amiga me informó que estaba embarazada de su prometido. La felicité y fuimos juntos al primer ultrasonido. Por desgracia tuve que salir del país, Lia no me acompañó, como ya había dicho antes prefirió quedarse con Christian. Aunque me enojé, terminé dando mi brazo a torcer. Comprendí que quería darle la noticia y que sería bastante estresante para ella viajar en su estado. El día que le iba a contar que serían padres lo encontró con su prima en la cama y no precisamente haciendo lo que dos primos harían. Salió tan mal del departamento de Christian que tuvo un accidente en el auto y perdió al bebé. Fueron meses difíciles para ella, tenía tantas ganas de acompañarla en ese momento tan doloroso, sin embargo, insistió para que cumpliera con mi contrato.

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora