Capítulo XXXV: ¿Tú?

378 34 9
                                    

Emily;

Las palabras de aquel hombre que asegura ser mi padre, me aturden y desconciertan, ¿acaso Ethan siempre lo supo? ¿Cómo es qué este sujeto me preguntó si amaba a su hijo sabiendo que éramos hermanos? ¡Yo lo besé! Y no fue una sola vez, siento una horribles ganas de vomitar ante la idea de que mi antiguo guardaespaldas y yo, podamos compartir algún lazo fraternal. Paso la mano por mi rostro y respiro profundamente, dejando escapar un largo suspiro en el acto.

—Está mintiendo... —es lo primero que mi aturdida mente procesa. Sí, se trata de una mentira. ¿Por qué razón todos quieren mentirme? ¿Tan tonta les parezco que lo hacen en mi rostro y mirándome a los ojos? Una sonrisa ladina por parte del sujeto me hace pensar que se está burlando de mí. ¿Es normal que quiera darle una bofetada en la otra parte del rostro?

—No lo hago, las mentiras y yo, no somos buenos amigos; las detesto, sin embargo, me he visto en la necesidad de mentir para salvarme y salvar a la reducida lista de personas que me importan. —comienza a hablar, escucho su voz algo lejana, ¿tanto me cuesta asimilarlo? Sé que Ethan me mintió respecto a Omer, pero no creo que se atreviera a confesarme sus sentimientos hacia mí, que me besara y permitiera que yo lo hiciera si era consciente de que somos hermanos.

—No...—musito casi en un susurro, él menea la cabeza y vuelve a sonreír. ¿Amanda y él? Ella era una mujer fría, déspota, arrogante, prepotente y orgullosa, y este señor es... Sí, podría asegurar que es su versión femenina y no me llevó mucho tiempo llegar a esa conclusión, ya que ambos hablan, se expresan y mueven con la misma elegancia, poder y arrogancia.

—Entiendo tu confusión, pequeña y no es para menos. No hace ni siquiera un mes que te enteraste quién era tu verdadera madre, y luego entro yo a tu vida, y aunque me juré a mi mismo que respetaría la decisión de tu progenitora, hay cosas que son imposibles de evitar. Acaso, ¿no crees que la sangre llama, atrae? —y de qué manera, meneo la cabeza antes los pensamientos de esta. Paso las manos repetidas veces por los pantalones que tengo puestos y... Sin lugar a duda, esta no sería una ropa que me pondría de haber tendido tiempo para elegir mi vestimenta.

—Responderé a cualquier pregunta que me hagas. —inquiere y asiento, haciendo una mueca por el asco que siento al pensar que he besado a mi hermano. ¡¿Cómo pudo hacerme esto?!

—¿Ethan lo sabía? —es lo primero que pregunto y él asiente, todas mis esperanzas de que el robot de iris verdes no estuviera enterado de esto, se esfuman. Intento controlar las ganas de vomitar, me siento realmente asqueada; estuvimos a punto de cometer incesto y a él no parecía importarle. ¡Maldito enfermo!

—Jamás le oculto nada a mis hijos. —asegura, ¿sus hijos? ¿Acaso tengo más hermanos? Intento parecer fuerte para que él no dude ni por un segundo de que puedo soportar todas las respuestas que va a darme.

—¿Cómo pudo permitir que su hijo se acercara a mí con intenciones amorosas? Somos hermanos, es repugnante y enfermizo. —suelto lo que tanto ha estado incomodándome. Una vez más, sus comisuras vuelven a curvarse. ¿Qué le causa tanta gracia?

—No veo el problema, tengo tres hijos además de ti, sin embargo, la única que tiene mi sangre, eres tú. —aclara y siento que un peso es eliminado por completo de mis hombros.

—Cuénteme todo lo que sepa sobre su llegada a la antigua mansión Walton. —pido y se acomoda en la silla. La noche ya de por sí, parecía que no terminaría nunca y por la forma en que toma una larga respiración antes de comenzar a hablar, tengo el presentimiento de que la historia será larga.

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora