Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔

Capítulo XVII: Pamiętaj o mine, księżniczko✔

Emily Walton;

La desesperación, las lágrimas que bajan por mis mejillas ante el miedo que provoca el hecho de que esté luchando por su vida en un quirófano y que las cosas no salgan bien ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo pueden existir seres humanos capaces de matar a otros seres humanos por la simple razón de que les estorban para llevar a cabo sus planes? La incódoma silla de la sala de espera me lastima la espalda, sin embargo, no muevo un músculo. ¿Siquiera estoy respirando? Eris irrumpe en la sala y masajeo mis sienes, al saber que iniciará un escándalo apenas tenga oportunidad. Estoy segura que Karla ya le informó que Omer y yo seremos padres. Lia palmea mi espalda y me susurra que todo estará bien. Intento calmarme por el bien de mis bebés, pero, ¿quién podría calmarse cuando hay un psicópata que asegura idolatrarte y que desea fervientemente estar a tu lado? Ethan entra en el lugar con el ceño fruncido y se acerca a mí.

—¿Qué sucedió? —La confusión en su voz es notable. ¿Dónde demonios estaba él cuando le dispararon a Omer? ¿Por qué la seguridad del hospital no se percató de lo que estaba sucediendo en el estacionamiento? Son demasiadas preguntas y sé que el único que puede descubrir las respuestas es mi guardaespaldas. —Emily. _Susurra y me sobresalto al escuchar mi nombre salir de sus labios. Se coloca a mi altura y limpia mis lágrimas con delicadeza. Coloca un mechón rebelde de mi cabello detrás de mi oreja, apenas lo vi, sentí paz y todo el miedo que llegué a experimentar al recibir aquel mensaje que me relataba lo sucedido con Omer, desapareció. La familiaridad que siento cuando él está cerca de mí vuelve a invadirme y sigo ignorando esa sensación porque estoy completamente segura que de haberlo conocido antes, lo reconocería.

—Le dispararon a Omer. —Utilizo el mismo tono de voz que él empleo al decir mi nombre. Lia le sede la silla a mi lado y camina hasta Harry. Él está igual o más afectado que yo. Por lo que me ha contado mi mejor amiga ellos se consideran hermanos y me pongo en su posición porque yo también tengo una amiga a la que considero una hermana, y me sentiría terriblemente mal si estuviera a punto de perderla. —Está luchando por su vida y yo no puedo hacer nada. Es exasperante esperar aquí sentada sin recibir respuestas. Quiero que investigues lo que sucedió y... _Musito, al menos lo intento, ya que debo detenerme a mitad de la frase. Me siento algo mareada y no es muy fácil hablar cuando todo a tu alrededor se mueve con rapidez.

—Recibí un mensaje, Ethan, en él ese psicópata me informaba lo que había sucedido. _Relato y él asiente, como parte de mi seguridad, tuve que informarle sobre los mensajes que había recibo semanas atrás. Suspiro con frustración, ¿desde cuándo mi vida se convirtió en esto? Quiero que todo sea una pesadilla y que lo único que me preocupe sea el terner a mis bebés dentro de ocho meses.

Las puertas se abren, dejándonos ver al doctor acompañado de una enfermera, todos nos acercamos a él a una velocidad impresionante. Me sujeto de Ethan, al continuar mareada. —¡¿Cómo está?! —Soy la primera en romper el silencio y Eris frunce en el ceño al notar mi preocupación. Me repito mentalmente que solo me preocupa Omer por ser el padre de mis hijos. ¿Por qué otra cosa sería? —Hable ya. _Exiijo al borde de la desesperación. Un largo suspiro por parte del doctor elimina todas las esperanzas que me había obligado a sentir.

—Él está...

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Cinco horas antes;

Lia habla sin parar y relata las miles de cosas que les enseñará a los bebés cuando sean grandes. Está dispuesta a aprender fútbol en el caso de que sean niños y eso me sorprende. Jamás imaginé que Lia Koch correría detrás de una pelota, después de haber asegurado que era un deporte tonto y sin sentido alguno. Supongo que es un sacrificio que está dispuesta a hacer por sus sobrinos. Por mi parte, siento que sin importar que sean, los amaré infinitamente. Es una sensación única, ¿cómo puedo amar tanto a dos personitas que ni siquiera conozco? Mi celular vibra sobre la pequeña mesa que hay a mi derecho, decido ignorarlo.