Capítulo XXI: Besos que confunden✔

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Emily;

Mi mente sigue emitiendo recuerdos en los que Charles es el protagonista. Las sienes no han dejado de palpitarme, las náuseas y los mareos solo empeoran mi malestar. Coloco las manos sobre mi vientre y permito que un largo suspiro escape de mis labios. Ethan conduce con extrema lentitud con destino a la casa que solía compartir con Amanda Walton, antes de que intentara terminar con mi embarazo. No será nada fácil lidiar con ella, mucho menos cuando se trata de hablar del pasado. ¿Por qué los malestares del embarazo justo ahora? ¿Será causado por el estrés? Coloco mi mano en mi boca y observo a Ethan con verdadero asco. ¡Malditas náuseas!

—¡Detén el auto! _Jadeo, el sudor frío baja por mi frente y todo me da vueltas. Salgo del automóvil con suma torpeza, el robot que tengo por guardaespaldas me sujeta para que no caiga al suelo. Agarra mi pelo, evitando que este se llene de vómito, al igual que sus pies. ¡Qué vergüenza! Logro llegar hasta el carro con ayuda de Ethan.

—Debemos regresar, no estás en condiciones de hablar con tu tía. —Arrugo el entrecejo, acto seguido vuelvo a levantarme para seguir expulsando el contenido de mi estómago. ¿Cómo puedo vomitar tanto si apenas como? —No te encuentras nada bien Emily, debes descansar, no lo hagas por ti, hazlo por lo que tienes en el vientre. _Agrega, recordándome una vez más a mis hijos. Suspiro con pesadez, las ganas de vomitar desaparecen como si nunca las hubiese tenido. Él está esperando una respuesta, y es lo primero que pienso hacer cuando deje de sentir que el mundo se mueve bajo mis pies.

—Precisamente por ellos necesito respuestas, Charles es un psicópata que está obsesionada conmigo. Ya lastimó a Lia, y a Omer, no puedo permitir que los lastime a ellos. _Respondo con más seguridad de la que siento, llevo las manos a mi vientre. Son lo que más me importa y se necesitará más de un Charles para lastimarlos. Parece pensarlo por varios minutos, ¿no se supone que la que da órdenes entre nosotros soy yo?

—Bien. _Musita con molestia, la cual demuestra al tirar la puerta del auto. Comprendo que esté preocupado, Amanda Walton me hizo mucho daño cuando me provocó el aborto. De no ser de vida o muerte esta situación, jamás iría a su casa casi a las cinco de la mañana en busca de respuestas.

El resto del camino es en completo silencio, nos detenemos en una gasolinera. Ethan me entrega unas galletas y una gaseosa, no se lo pedí; pero tengo que reconocer que mi apetito disminuyó un 5%. Limpio mi boca con una servilleta cuando distingo la fachada de la casa, viví tantos momentos felices en este lugar que me resulta imposible creer que la mujer que llegué a llamar madre, intentara acabar con dos vidas inocentes. Bajo del automóvil, mi labio inferior tiembla y a mi mente llega la imagen de Omer. Si él estuviera aquí me sentiría más segura, puede que no esté entrando como Ethan, sin embargo, sus brazos se han convertido en mi lugar seguro. Abro la puerta con la llave que aún conservo. Las luces están apagadas, el robot entra detrás de mí, reparo las escaleras. Me lleno de valor y comienzo a subir por estas, sujetando con fuerza la barandilla. Doy leves toques en puerta de su habitación y una confundida y somnolienta Amanda Walton me repara con confusión.

—Necesito hablar contigo, es muy importante. Te estaré esperando abajo. —Me volteo sin esperar una respuesta de su parte. Bajo las escaleras y me siento frente al piano. En otra ocasión no podría resistirme a tocar, pero ahora mismo, no me creo capaz. Siento los pasos de mi tía bajando la escalera, no lleva rastro de maquillaje en su rostro, su cabello rubio como el mío está recogido en una coleta alta. Los ojos verdes que alguna vez me llenaban de paz y alejaban los miedos, ahora solo me causan rabia y un profundo enojo. Nunca entenderé cómo fue capaz de tanto.

—¿Puedo saber el motivo de tu inoportuna visita? Detesto ser despertada, lo sabes muy bien.

—Ya no me importa si te molestas o no, después de todo, a ti te importó muy poco la decisión que tomé respecto a mi embarazo. Seré directa, estoy algo cansada, tengo ganas de vomitar otra vez y si me levanto caeré al suelo. Es una suerte que Ethan se encuentre presente, tú no eres una persona confiable. _Aseguro con los puños apretados. Ella suspira y se sienta en uno de los sillones del lugar. He ahí la razón por la que la imagen de Omer Rinaldy aparezca en mi mente. ¿Qué puedo decir? Él siempre estará en mi cabeza cada vez que vea un sofá.

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora