Capítulo XVIII: Confesiones que aceleran los latidos✔

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Dos semanas después;

Emily Walton;

Dos semanas, catorce días y trescientas treinta y seis horas, ese el tiempo exacto que ha transcurrido desde que Omer recibió un disparo por mi causa. Camino de un lado a otro sintiendo los nervios a flor de piel. Las manecillas del reloj que hay en mi habitación se mueven con lentitud, ¿dónde está el médico? Tuve que quedarme más días en el hospital y hoy, tengo una revisión; si todo está bien con los gemelos, podré marcharme. Al parecer el desconocido decidió darme un respiro, ya que no ha dado señales de vida, lo cual me alegra en demasía. Debo estar tranquila, lejos de todo aquello que sea sinónimo de estrés y preocupaciones. Mis bebés son lo más importante para mí y no pienso permitir que nada les pase. El médico entra en la habitación con dos enfermeras y el equipo pertinente. Sonrío con verdadera alegría, el momento que más me emociona de las revisiones es escuchar los latidos de sus corazones. Me levanto la blusa y el doctor comienza a mover el transductor manual sobre mi vientre. La habitación se llena de esa hermosa melodía que se ha vuelto mi favorita desde que la escuché por primera vez.

—Están muy bien, fue muy acertado de mi parte alargar su estadía en el hospital. Debe seguir mis indicaciones al pie de la letra, otro colapso como el que tuvo, podría ser fatal, señorita Walton. —Asiento ante sus palabras, me extiende dos fotos del ultrasonido y las observo con fascinación, ¿cómo es posible que tenga dos vidas creciendo dentro de mí? Sin duda, es la experiencia más maravillosa que puede experimentar una mujer. —Firmaré su alta, debe venir al menos cada dos semanas para realizarle los chequeos pertinentes. _Agrega y asiento una vez más, mientras me limpio el abdomen.

La puerta de mi habitación se abre y reparo a la persona que acaba de entrar. Mi guardaespaldas ha sido un gran apoyo para mí en los últimos días. Sonrío al ver lo que trae entre las manos, a pesar de ser una hospital privado, la comida es reprochable. Según Lia, está exquisita, no comprendo cómo puede ingerirla. Quizás sean los gemelos haciendo acto de presencia, considerando que las náuseas y ascos han aumentado. Devoro el helado y los chocolates en segundos. Ethan solo se dedica a observarme con su típica expresión de: Nada me importa. Me siento a su lado y sujeto su mano, su cuerpo entero se tensa ante mi tacto. No es la primera vez que noto que mi cercanía le afecta, sin embargo, aún no logro saber el porqué.

—Gracias, Ethan. —Frunce el ceño y observa mi mano sobre la suya. Es como si observara algo completamente desconocido. Él sigue siendo un enigma que me veo tentada a resolver. Sus ojos verdes detallan mi rostro y yo hago lo mismo con el suyo. ¿Cómo alguien puede estar sin expresión en el rostro? Más importante que eso, ¿cómo la inexpresión fácil de mi guardaespaldas logra resaltar a la perfección lo atractivo que es? —Tú... _Musito o al menos lo intento, su mano acaricia mi mejilla y mi cuerpo entero se paraliza, preso de la sorpresa que tal acto me provoca.

—Emily, no tienes que agradecerme nada, ya te he dicho que es mi trabajo velar por tu seguridad y la de tus hijos. Nada te pasará mientras yo esté a tu lado. -Abro y cierro la boca, ¿me ha dicho Emily? Es la segunda vez que me llama por mi nombre de pila. Su mano continúa sobre mi mejilla y no me molesta. —Debo asegurarme que tu nueva casa esté vigilada, puedes estar tranquila, nadie podrá entrar, ni salir sin que yo lo sepa. _Asegura, se levanta del sofá y al no escuchar la puerta; me volteo y distingo a Omer. Tiene el puño de la mano izquierda apretado, al igual que su mandíbula. ¿Desde cuándo está en la habitación? ¿Por qué no escuchamos la puerta?

—Omer. _Susurro, mi corazón late con fuerza, tanto es así que temo que puedan escuchar los latidos. Lo detallo, tiene una camisa que deja a la vista sus brazos pálidos, los mismo brazos que recorrieron mi cuerpo y que yo besé en repetidas ocasiones. Un pantalón, es lo que cubre sus piernas, parece más bien formar parte de un pijama. Tiene el cabello despeinado, lo alborota más con su mano izquierda. Es algo raro no verlo de traje, supongo debe utilizar ese tipo de ropa hasta que le den el alta. Mi guardaespaldas sonríe de medio lado, ¿es capaz de sonreír? Observa a Omer con superioridad y arrogancia, jamás había visto esa faceta de Ethan. El padre de mis hijos enarca una ceja y le devuelve todo con más elegancia, arrogancia y superioridad. ¿Qué les sucede? Se fulminan con la mirada, la situación se vuelve realmente incómoda.

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora