Capítulo XXXII: Tras las rejas.

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Omer Rinaldy;

Abro los ojos con rapidez al sentir que alguien me zarandea. ¿Qué ocurre? Me incorporo con algo de dificultad y observo el lugar confundido. Después de varios segundos recuerdo cómo llegué ahí. Recibí una llamada anónima, en la que cierta persona y digo cierta persona porque no es de mi conocimiento si es hombre o mujer (supongo que utilizaron algún aparato que le distorcionaba la voz). En ese momento no me importó nada, ya que esta persona desconocida me aseguró saber el paradero de Emily y también recalcó lo importante que era ir lo más rápido posible, debido a que su vida corría gran peligro. Los oficiales que se encuentran a mi alrededor me observan con reproche, el cuerpo sin vida de Amanda Walton yace a mi lado y sostengo un cuchillo ensangrentado con mi mano derecha; el cual inmediatamente suelto. ¡Maldito hijo de puta! ¡¿Cómo pude hacerme esto?! Los policías no tardan ni tres segundos en colocarme las esposas y tratarme como un vil delincuente, no los culpo por ello, porque ante sus ojos no hay duda alguna de que soy un asesino.

No negaré que al ver a Emily al lado del cuerpo de Amanda completamente ensangrentada, pensé lo peor, sin embargo, no tardé mucho en darme cuenta de que mi rubia no podría haber hecho algo tan atroz. Seguramente el psicópata que está obsesionado con ella, sí, ese hombre que fue el responsable de la muerte de mi mejor amigo. En cuestiones de justicia soy extremadamente paciente, considero que todos obtienen lo que se merecen y algún día ese... ¿Cómo era que se llamaba? En fin, no me importa en lo absoluto su nombre, solamente quiero que pague por el asesinato de Harry, la muerte de mis hijos, y el sufrimiento de Emily.

La prensa ya se encuentra fuera de la estación de policía, los flashes me ciegan y maldigo internamente, dado que no hay que ser muy inteligente para deducir lo mucho que me afectará públicamente el supuesto asesinato que cometí. Soy un caos total, las sienes me palpitan, gracias al golpe que me propinó Ethan Manson. Juro que cuando nos volvamos a ver, no me abstendré a contarle la verdad a Emily, ya es hora de que sepa quién es "el perfecto" Ethan Manson y la verdadera razón por la que está en su vida. Entro a un pequeño cuarto, me empujan y me siento en la silla.

—No tienes mucho que decir. Te pillamos con las manos en la masa. —Asegura el oficial, y enarco una ceja. ¿Qué clase de policías son estos que piensan que alguien puede ser tan estúpido como para acostarse a dormir al lado de la mujer que acaba de matar? Quizás un enfermo mental sea tan estúpido para hacer algo así, pero yo, ni soy un asesino, y en caso de que lo fuera, no sería tan estúpido.

—Primero que todo, exijo hablar con mi abogado. Segundo y no menos importante, no pienso hablar una sola palabra sin su presencia. —Es lo primero que digo, vuelvo y repito soy consciente de la gravedad de la situación. A pesar de estar metido en un buen lío, mi mente no para de pensar en Emily y a dónde pudo habérsela llevado el idiota de Manson.

Las horas pasan e intento parecer tranquilo, sin embargo, el calor, la fatiga y la zozobra de imaginar que ese estúpido está ganado terreno gracias a mi estupidez y desconfianza. Masajeo mis sienes, las puertas se abren y con ellas sé que el apenas imperceptible dolor de cabeza que tengo, aumentará hasta convertirse en una migraña espantosa. Karla entra por la puerta con algo de ropa, la mirada preocupada, aun así, no puedo ocultar lo enojada que está. Esto también perjudica su carrera, y quizás sea la oportunidad que necesito de terminar con el segundo error que he cometido en mi vida: "Casarme con Karla Johnson."

—¿Me puedes explicar cómo demonios te metiste en esto? El abogado está intentando sacarte de aquí, pero te advierto desde ahora que no necesito un conocimiento avanzado de la ley como para no saber que será inútil el esfuerzo. —Informa y ruedo los ojos. Cuando despertó del coma, estaba amnésica, no recordaba nada sobre lo ocurrido con Emily, obviamente jamás me casaría con ella a base de mentiras, así que le conté la verdad, y con el paso de los meses se volvió parte del pasado. Un pasado que ella no recuerda, pero que yo no puedo olvidar porque Emily Walton no es una mujer que se pueda olvidar con facilidad y yo, la tengo grabada en alma y la piel.

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora