Capítulo XXXIX: Contra reloj.

502 38 1
                                    

Emily;

Los días, semanas y meses, pasan como un recordatorio de que con cada segundo que continúo junto a los hermanos Manson, más se me dificultará la tarea de escapar. ¿Lo he intentado? En efecto, intenté escapar en múltiples ocasiones, aprovechando las citas con el doctor, y una que otra vez que podía salir a tomar el sol; sí, me sacan a tomar el sol como si fuera una mascota. Observo la leña consumirse en la chimenea y doy leves caricias en mi ahora abultado vientre. Estoy realmente frustrada, cada intento en el que me veía un poco lejos de Charles y Ethan, se sentía realmente bien. En una ocasión incluso llegué hasta subirme en un auto con un amable señor que pagó con su vida, el hecho de ayudar a una joven embarazada que pedía auxilio desesperadamente. Charles me saca de mis pensamientos al extenderme una charola con comida. ¿Quién lo diría? A ninguno de los dos le agrada en lo absoluto la idea, pero de igual forma me cuidan y vigilan todo el tiempo.

Este embarazo es completamente diferente al anterior, puesto que tuve una considerable cantidad de malestares. Okey, fue un desastre, tenía demasiados vómitos, mareos y náuseas; también llegué a desmayarme en múltiples ocasiones. El doctor nos explicó con lujo de detalles que debía estar lo más tranquila posible, y es algo estúpido si consideramos que vivo con dos psicópatas que pueden volverse inestables en el momento menos pensado. He notado que Charles es más controlado que Ethan, por otra parte, Ethan posee el arte de la manipulación, y no es que su hermano no la posea, al contrario, ambos lo tienen y me atrevería a asegurar que es algo natural para ellos manipular a las personas a su antojo, con el fin de conseguir sus objetivos.

—No tengo hambre. —musito con honestidad, hace poco tomé jugo y una ensalada de frutas. Al comienzo, ellos ignoraban mis malestares y el motivo que los causaba; solamente se ocupaban de llevarme al médico y comprar las vitaminas que me recetaban. Con el paso de los meses, mi cuerpo fue cambiando y mi vientre fue creciendo, hasta tener el tamaño que tiene ahora. Tengo cinco meses, y bueno... No puedo evitar pensar en qué será de mi bebé y de mí una vez nazca. Me rehúso a que conviva con ellos dos, me aterra que lo dañen y conviertan en un ser tan perverso y malvado como ellos.

—¿Te pregunté si tenías hambre? Tienes que comer, en unos días nos iremos a casa y debes estar lo más fuerte posible. El viaje por carretera es de cuatro horas y después en barco son casi doce. —informa, ¿viaje? ¿A dónde piensan llevarme? Hago una mueca de horror. Tenía pensado intentar una vez más con la única salida que hacen en mi compañía: La del médico. Desde nuestra primera cita era obvio que estaba comprado, no hizo preguntas, e ignoró mis súplicas de que me ayudara a escapar.
 
—He dicho que no tengo hambre, ¿perdiste la audición? —mascullo un poco enojada. Mi humor está demasiado cambiante y ni hablar de lo sensible que me encuentro. Me levanto del sofá, camino hacia la recámara, me quito los zapatos y me siento en la cama. Coloco la almohada en la cabecera y recuesto mi espalda en esta.

Ethan pasa por la puerta y ni siquiera me repara. En algún momento pensé que era maduro y que podría lidiar con cualquier situación a la que se viera expuesto; sin embargo, ahora me ha demostrado, una vez más, que me equivocaba con él. Me incorporo y hago una mueca, llevo la mano hasta mi estómago y sonrío. No he podido compartir con nadie la experiencia tan hermosa que es sentir a mi bebé moverse, fue algo que jamás pude experimentar con los gemelos y no logro contener algunas lágrimas de felicidad. Independiente de la identidad de su padre, este bebé es luz en la oscuridad y mi calma en el caos.

—¿Te encuentras bien? —cuestiona Ethan con el ceño fruncido, observando cada movimiento que hago, ya me he acostumbrado a su forma de analizar hasta mi manera de respirar. Salgo de mis pensamientos y retiro la vista de su persona. ¿Resulta que ahora le importo? Sonrío de forma irónica y decido ignorar su presencia, así como él ha venido ignorándome todos estos meses. Tensa la mandíbula y deja escapar un largo suspiro, ¿está buscando paciencia acaso? ¡Ah pero él sí que es cara dura!

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora