Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔

Capítulo XXV: Reencuentro✔

Un año después;

Emily;

El nudo en la garganta continúa ahí, esa sensación de vacío todavía persiste en mi pecho. Algunas noches me despierto en busca de algo que no encuentro porque simplemente ya no están. Perdí a mis bebés por estar en un lugar que no me correspondía, intentando convencer y salvar a un hombre que no confiaba en mí, ni mucho menos en lo que pudimos construir. El recuerdo de nuestra última conversación se repite una y otra vez en mi mente, como si mi cerebro quisiera torturarme constantemente con el pasado. Y he de admitir que me he convertido en una persona masoquista. ¿Cómo no serlo? Mi dolor ante la pérdida de lo que más he amado en mi vida es algo que continúa ahí, a pesar de que sonrío con falsedad y aseguro encontrarme bien; la realidad, mi realidad es muy diferente.

Los primeros días fueron oscuros e inciertos, no tenía idea de cómo saldría de ese pozo profundo, vacío y frío en el que me encontraba. Lloraba todo el tiempo, no quería ver a nadie, ni hablar con nadie. Lia intentó ayudarme, en verdad lo hizo y yo simplemente me alejé. No quise ver en sus rostros el sentimiento de lástima claramente reflejado. Yo iba a ser mamá, ahora no tengo idea de si podré tener hijos. <<<Eres joven y saludable>>> Esas fueron las palabras del doctor, sin embargo, mis posibilidades se redujeron, aunque siendo honesta en lo último que pienso ahora es en tener hijos. Me incorporo en la cama, no puedo quedarme todo el día observando el techo de color blanco, es una idea bastante tentadora y no me avergüenza admitir que los últimos nueve meses mis deportes favoritos han sido encerrarme en mí misma, concentrándome en mi cuerpo y mejorando, quizás eliminando aquello que consideraba innecesario; convirtiéndome en una persona totalmente diferente, ya no queda nada de la Emily que alguna vez fui, olvidé como sonreír y puede que tomara decisiones guiándome por el dolor y la rabia de lo que me fue arrebatado; sin embargo, no puedo decir que me arrepiento, porque no soy una mentirosa, juré jamás volver a mentir, mucho menos volver a mentirme. Empezando por los sentimientos que negaba sentir por el que iba a ser el padre de mis hijos, o la atracción por así decirlo, puede que curiosidad que despertaba Ethan en mí. Nadie sabe donde me encuentro, y por ahora prefiero mantenerlo así, cuando decida volver, quiero hacerlo por mí misma. Dentro de dos días, se llevará a cabo el desfile que Omer realiza cada año en honor a la fundación benéfica del ya fallecido Omar Rinaldy, lo sé porque jamás podría olvidar la noche en la que nos conocimos. Despeino mi cabello, el cual se encuentra por encima de mis hombros, y sí, mi nuevo corte de pelo fue otra de las decisiones radicales que tomé hace trecientos sesenta y cinco días, lastimosamente no fue la más difícil y radical.

Entro al baño de mi habitación y me despojo de mi ropa de cama, el enorme reloj en la pared me indica que son las seis de la mañana. ¿Qué hago despierta tan temprano?  A esta hora salgo a hacer ejercicio, amo correr por la playa. He aprendido a disfrutar el silencio y la soledad; también los placeres que tiene vivir frente a la playa, todo es tranquilidad y no cambiaría el aire puro, por el contaminado de la ciudad, soy consciente de que tengo que volver algún día. No puedo evitar que el temor me recorra el cuerpo de extremo a extremo; me aterra pensar que, con mi regreso, Charles también vuelva a mi vida, ¿sería muy ingenuo de mi parte considerar la idea de que ya está obsesionado con otra mujer y me dejará vivir mi vida en paz? Meneo la cabeza y ruedo los ojos ante mis pensamientos, en caso de que vuelva, no permitiré que me rompa, me aseguraré de que no exista nada que me importe lo suficiente para derrumbarme si lo pierdo. La sensación de que alguien me está siguiendo no desaparece, como las veces anteriores se lo atribuyo a mi paranoia. Entro a mi casa y saco mi móvil de la gaveta derecha de mi tocador, le coloco el cargador y lo enciendo. Las llamadas y mensajes perdidos comienzan a entrarme, millones de llamadas y mensajes de Omer, los cuales ignoro, otros millones de Lia y uno de Ethan. Creo que fue él el único que respetó mi decisión de alejarme, quizás no le molestó para nada que me alejara, en fin, no me importa realmente. Suspiro con resignación al ver un mensaje que resalta por encima de los demás por la dimensión y el contenido que abarca.