Emily;
Aquel nombre se escapa de mis labios, Ethan parece realmente sorprendido de verlo y para ser honestos, yo también lo estoy. El acelerado y errático palpitar de mi corazón es ocasionado por su presencia y el exquisito olor de su perfume. No sería una exageración decir, que de seguir así, ellos escucharán los latidos del órgano encargado de bombear la sangre de mi cuerpo. Mi respiración se vuelve un desastre, me permito detallar al hombre que iba a ser el padre de mis hijos: Está más delgado, pálido y las ojeras bajo sus ojos delatan lo mal que lo ha estado pasando. Aquella noche en el Hell pude notar con facilidad que no se encontraba nada bien; pero al verlo ahora, tal parece que ha vivido un infierno. Sus ojos azules destilan ira, enojo, molestia e impotencia; que sus puños se aprieten me hacen suponer que se está contenido. ¿Qué le ocurre? ¿Cómo nos encontró? Como anteriormente Ethan había dicho, esta vivienda se encuentra bastante alejada de la ciudad; es todo un reto encontrarla de no conocer su ubicación exacta. ¿Por qué me sorprendo? Es Omer Rinaldy, él tiene a su disposición recursos suficientes para lograr todo aquello que desee obtener.
—¡Sorpresa! —exclama con la ironía presente en sus palabras. ¿Qué le ocurre? Parece realmente alterado, frunzo el ceño y mi mirada se dirige hacia Ethan; dado que desconozco el motivo por el cual Omer está visiblemente enojado. Dudo mucho que sea por encontrarme en una casa en medio de la nada, acompañada únicamente por mi antiguo guardaespaldas.
—Juro que estoy utilizando todo mi autocontrol para no partirte la cara delante de Emily. —masculla con la respiración alggo agita, tal parece que el aire le falta y lo sé por la forma en que zafa su corbata. Me siento tonta, al no comprender la situación y no pienso quedarme pintada en la pared.
—¿Alguno de los dos piensa decirme qué está ocurriendo aquí? —Pregunto, siento la mirada de ambos sobre mí y nunca en mi vida me había sentido tan pequeña e indefensa. La mirada de Omer, tanto como la de Ethan, intimidirían a cualquiera; sin embargo, no les demuestro lo que siento, me mantengo firme para que me tomen en serio y respondan lo que acabo de preguntar.
—¿No se lo dijiste todavía? ¡No sé por qué me sigo sorprendiendo con tu comportamiento! —Agrega Omer, la preocupación presente en los ojos verdes de Ethan comienza a asustarme. Niega frenéticamente y observa al dueño de iris azules intensas, con súplica en la mirada, ¿súplica? Eso suena realmente tonto y descabellado, dudo mucho que el orgullo y prepotencia característico de su persona le permitan suplicarle algo a alguien.
—Emily...—susurra Ethan con la voz rota y una fuerte carcajada proveniente del trigueño me desconcierta, ¿qué le cuasa tanta gracia? A pesar de haberles hecho saber mis deseos de que me dijeran lo que está sucediendo, a ninguno de los dos, pareció importarle.
—Esto sí que es divertido, ¿tienes miedo a que ella te desprecie? ¿Te aterra que te odio por lo que hiciste, no es así? —continúa hablando el culpable del errático palpitar de mi corazón. Aprieto la mandíbula y frunzo el ceño por completo.
—¡Dígamende qué ocurre! —Vocifero, una vez pierdo la paciencia. ¿Qué se han creído? No estoy pintada en la pared, obtengo su total atención por segunda vez y es ahí donde me doy cuenta de que lo que me van a decir, no me agradará en lo absoluto.
—Tu estimado guardaespaldas, amigo, o como se te de la gana llamarlo; me dejó inconsciente en el lugar donde te encontramos; después de que ese psicópata que está obsesionado contigo nos hiciera saber tu ubicación. —responde Omer, mi labio inferior tiembla. ¿Él estuvo ahí? ¿Acaso Omer si intentó ayudarme, salvarme? Eso no tiene sentido, Ethan me dijo que... ¿Acaso se atrevió a mentirme a pesar de ser de su conocimiento que me lastimaría profundamente al hacerlo?
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Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔
Teen FictionEmily es una joven neoyorkina llena de sueños y altas espectativas de vida. A sus veintidós años ha logrado abrir demasiadas puertas con su belleza y carisma, es reconocida en todo el mundo del modelaje por su porte y elegancia. Las agencias se pele...