Capítulo XXXVI: Mírame, Emily, mírame.

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Emily;

La cabeza me palpita, y con bastante fuerza, eso es lo único que tengo claro en este momento. Intento moverme, pero me siento inmovilizada, ¿acaso estoy amarrada? Abrir los ojos es una tortura, a pesar de la poca iluminación que hay en el lugar en el que me encuentro. Humecto mis labios al sentirlos reseco e intento moverme un poco, lo único que logro es que las sienes me palpiten con mayor intensidad. ¿Qué me sucedió? ¿Dónde estoy? Fuerzo mi mente a pensar, y consigo recordar imágenes borrosas e inútiles.

¿Quién me atacó? ¿Quién me salvó de esa desquiciada? Eso sí que lo tengo claro, fui atacada por una mujer y ella me estaba apuntando con un arma, era muy claras sus intenciones. ¿Por qué quería matarme? ¿Acaso tendrá algo que ver con Charles y su obsesión por mí? Me siento mareada y realmente cansada, pero no me puedo dar el lujo de volver a desmayarme, no cuando desconozco quién me tiene y qué piensa hacerme. ¿Será posible que él me secuestrara? ¡Tonta! Seguramente se aprovechó de las heridas de Ethan y que me encontraba sola para secuestrarme. ¡La cabeza me va a estallar!

Intento enfocar algún objeto o persona en la pequeña habitación en la que estoy, no logro deducir si es de día o de noche por la ausencia de ventanas. Espero que Draco Manson note mi ausencia e informe a las autoridades. Ethan está herido y puede que esté enojada, pero soy consciente de que él puede sacarme de aquí y acabar de una vez por todas con Charles. Ahora más que nunca deseo salir de aquí, no quiero perder más el tiempo. La imagen de unos ojos azules llega a mi mente, logrando que los míos se cristalicen. Apenas salga de aquí, voy a buscarlo y... El ruido de unas cadenas en la habitación me sobresaltan, intento ver qué hay en esa oscura zona de la habitación.

De repente y como si alguien leyera mis pensamientos, el cuarto se ilumina, dejándome ver con horror qué es, o más bien, quién es la persona que se encuentra encadenada a la pared con múltiples heridas en el cuerpo. Abro los ojos en demasía y me remuevo como gusano en la silla, en un intento por zafarme de los amarres que me impiden llegar a él.

—¡Omer! ¡Dime algo! —grito exasperada, las lágrimas bajan por mis mejillas. ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! Todos mis intentos por zafarme son inútiles, y la sola idea de que él no se encuentre con vida, me duele y asusta en demasía. ¡No, por favor! Termino en suelo, gracias a mis bruscos movimientos. No me importa lastimarme los brazos, mucho menos que la cabeza me duele como si me fuera a explotar, lo único que en verdad me preocupa es ver a Omer encadenado a la pared sin mostrar alguna señal de vida.

—¡Desgraciado! ¡No sabes cuánto te odio! —espeto con la esperanza de que él puede oírme. Está muy equivocado si piensa que va a revivir algún afecto de mi parte. Alguien entra al cuarto, pero no puedo verlo por la pocisión en la que me encuentro. Mi cuerpo entero comienza a temblar...

Un hombre con la cara tapada, guantes y capucha, pasa un afilado cuchillo por mi cuerpo. Intento quedarme quieta y no demostrar que podría hacerme pis encima. ¡Por favor! ¡Qué alguien llegue! ¡Quien sea! El hombre, que supongo y es Charles, corta las cuerdas que están alrededor de mis brazos y piernas, dejándome libre.

—Tienes dos opciones, la primera: es ser libre y seguir con tu vida: la segunda es quedarte aquí y estar al lado de lo queda de Omer Rinaldy. —dice y aprieto la mandíbula. He escuchado su voz, claro que sí, de eso estoy segura. ¿Dónde escuchaste su voz Emily? ¿Dónde? Necesito recordar, necesito hacerlo.

—¡Hijo de puta!—espeto con toda la rabia, desprecio y odio con soy capaz de expresar. ¿Alguna vez pensé que podía odiar tanto alguien? ¡Jamás! Lo más cerca que estuve de odiar a alguien fue cuando supe que Arthur me había engañado con su prima y ni hablar después de escuchar sus palabras el día de su cumpleaños.

Emily... [Libro #2] [Saga bebé] +18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora